En las calles del sur de Gran Canaria, la ilusión por el Sorteo de Navidad se palpa en cada esquina por la curiosidad de turistas que han comprado y por los empleados del turismo que tienen la antena puesta a ver quién le ha sonreído la suerte. Los vecinos de localidades como Maspalomas y Playa del Inglés se preparan para vivir una jornada mágica. Las administraciones de lotería se han convertido en auténticos centros de reunión, donde se comparten anécdotas y sueños. Este año, la esperanza de llevarse algo del Gordo se siente más fuerte que nunca.