Pese al subidón inicial, los amarillos no consiguieron dar la campanada en el Santiago Bernabéu y sucumbieron a un Madrid con el orgullo herido tras la manita de la Supercopa
No hubo sorpresa, aunque los amarillos dieron esperanza antes del primer minuto. La UD Las Palmas salió al césped del Santiago Bernabéu con la ilusión de dar la campanada, pero el Real Madrid, en modo apisonadora, les devolvió a la cruda realidad con un contundente 4-1 en un partido que se decidió en la primera parte.
El inicio de los amarillos no lo firmaba ni el aficionado más optimista. A los 28 segundos Moleiro, Sandro y Fabio Silva se inventaron una jugada de cancha para dejar a cuadros a los madridistas y adelantarse en el marcador con un remate del portugués al que Thibaut Courtois no llegó a pesar de estirarse como un gato bajo los tres palos.
Sin embargo, lejos de noquear a los locales el gol los despertó y les quitó las legañas. La alegría de los amarillos duró un poco más de un cuarto de hora, hasta que Mbappé de penalti puso las tablas en el marcador y se quitó de encima las dudas de los últimos meses y se puso el equipo a la espalda para darle una alegría a la afición blanca tras la humillación que recibieron en Arabia Saudí a manos del FC Barcelona.
Tras este primer gol los amarillos se desdiujaron del partido, el “jogo bonito” de esa primera jugada del partido para poner por delante a los canarios no se volvió a ver el resto del partido. Tras un cuarto de hora de asedio madridista a la portería de Jasper Cillessen, los blancos (a través de un Mbappé que parece decidido a cambiar su rumbo este nuevo año) se pusieron por delante en el marcador.
En la segunda parte, la historia no cambió. Si alguien esperaba una reacción de la UD, se quedó con las ganas. El Madrid, sin levantar demasiado el pie del acelerador, aprovechó dos errores defensivos para redondear el marcador con un gol de Rodrygo.
Para amortiguar el golpe, Luis Helguera aseguró que el club ya se está moviendo para hacer algunos movimientos, tanto de entrada como de salida, en estas últimas semanas del mercado de invierno. Aunque el directivo también hizo temblar a algunos aficionados al hablar sobre Moleiro y asegurar que «Si pagan el precio oportuno probablemente lo dejemos salir».
Tras el leñazo en copa, el atranque en casa ante el Getafe de Bordalás y el vendaval blanco del Bernabéu, los amarillos tendrán la oportunidad de remontar el vuelo y acabar enero con una alegría este viernes en casa ante el CA Osasuna.