Un estudio publicado en una revista científica señala que la calima que cubrió varias zonas de España en 2022 podría
La calima es ya parte del paisaje habitual de Canarias, un visitante incómodo que viene y va sin pedir permiso, cargado de polvo, sequedad y una ligera sensación de apocalipsis para quienes sufren alergias.
Pero, ¿y si además de incomodar trajera algo más peligroso? Un reciente estudio ha sacado a la luz que la calima que cubrió media España en 2022 contenía partículas radiactivas procedentes de antiguas pruebas nucleares del siglo XX. Y ahora, la pregunta que muchos se hacen es: ¿qué pasa con la calima que respiramos en Canarias?
Investigaciones recientes han confirmado que la calima de 2022 transportó restos de cesio-137 y plutonio-239 y 240, unos isótopos radiactivos que tiene su origen en ensayos nucleares llevados a cabo durante la Guerra Fría en los desiertos africanos.
El “chivato” que permitió rastrear estas partículas fue un mineral propio del Sahara, la palygorskita, que sirvió de para que los científicos unieran los puntos que relacionaban estos restos radiactivos con los episodios de calima que se originan en los desiertos del norte de África.
Para ponerlo en contexto: el cesio-137 se liberó en grandes cantidades durante pruebas atómicas en el Sahara y otras partes del mundo. Aunque muchas de estas partículas quedaron atrapadas en la atmósfera o en el suelo del propio desierto, los vientos que levantan el polvo sahariano podrían estar reintroduciendo estos elementos en nuestro ecosistema con cada episodio de calima.
Ahora bien, ¿debemos alarmarnos? Según los expertos, las concentraciones detectadas hasta ahora son bajas, pero el simple hecho de que la calima pueda estar transportando partículas radiactivas genera inquietud; especialmente en un territorio como Canarias, donde la calima es un fenómeno recurrente que en los últimos tiempos ha dejado imágenes históricas como las de febrero de 2020, cuando un episodio de calima tiñó Canarias de color naranja y obligó a suspender actividades al aire libre y afectó al tráfico aéreo varias horas-
El estudio, publicado en la revista Science Advances, aseguraque los niveles no suponen un riesgo inmediato para la salud, pero lo cierto es que todavía no se han realizado estudios detallados sobre la presencia de estos isótopos en la calima que visita Canarias varias veces al mes con distinta intensidad.
Mientras tanto, la recomendación sigue siendo la misma: cuando la calima haga acto de presencia, mejor reducir la exposición al aire libre, cerrar ventanas y, para las personas con problemas de salud, niños y mayores, la recomendación de usar mascarilla en los episodios de polvo más intensos.