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Después de 54 días y 7 horas en el océano, los Rowing Stones han llegado a Barbados, culminando un desafío extraordinario que les llevó a remar un total de 5,061.5km (2,733 millas náuticas) desde el Puerto de Mogán, en Gran Canaria. Partieron el pasado 8 de diciembre, arropados por una emotiva despedida en la que participaron personas sin hogar y voluntarios de la Fundación Lázaro de España, Francia y Bélgica.
Ahora, con un promedio de 3.9 km/h (2.1 nudos) durante más de 1,303 horas de remo, han alcanzado su destino llevando consigo un mensaje claro: se pueden superar los desafíos, pero juntos.
Una travesía llena de desafíos y momentos inolvidables
Desde los primeros días, los Rowing Stones enfrentaron condiciones extremas: vientos encontra, largas jornadas de esfuerzo y la inmensidad del océano poniendo a prueba su resistencia. Pero el mar también les regaló momentos inolvidables que fueron relatando mediante radio satélite:
Día 5: Encuentro con una tortuga, pequeños delfines y tres ballenas que nadaron junto al bote durante horas. La noche se iluminó con la magia del plancton bioluminiscente.
Día 10: Con diez días a sus espaldas, la tripulación sintió el peso de la distancia que aún quedaba: "Es difícil no abrumarse cuando piensas en todo lo que falta, pero seguimos adelante juntos"
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Día 30: En plena celebración del Año Nuevo, vivieron una sorpresa increíble: el padre de un amigo logró encontrarlos en su velero y les ofreció pan recién horneado en mitad del Atlántico.
Día 50: A solo 250 millas náuticas de la meta, la tripulación reflexionaba sobre la intensidad del desafío: “A veces no sabemos si le desearíamos esta experiencia a nuestros mejores amigos o a nuestros peores enemigos… pero en realidad, la desearíamos para todos”
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Un reto deportivo con una causa social
Este desafío ha sido mucho más que una prueba de resistencia: ha servido para dar visibilidad a Lázaro, una fundación que promueve la convivencia entre personas sin hogar y jóvenes profesionales en hogares compartidos. Desde hace más de una década, Lázaro demuestra que la comunidad y el apoyo mutuo son claves para la reintegración social.Desde su partida en Gran Canaria hasta su llegada a Barbados, los Rowing Stones han remado con un propósito: demostrar que nadie debería estar solo en el camino de la vida. Cada brazada ha sido un símbolo de esfuerzo colectivo, de superación y de la importancia de construir puentes entre realidades distintas.
Un final… y un nuevo comienzo
Tras más de 1,300 horas de remo, los Rowing Stones han pisado tierra firme. Exhaustos, emocionados y con kilos de menos, pero con una experiencia que les acompañará para siempre.
Desde Lázaro, celebramos su llegada y agradecemos a todos los que han seguido su viaje, apoyado su causa y remado con ellos desde la distancia. Porque esta locura ha valido la pena.
¡Gracias, Rowing Stones, por demostrar que cuando hay amor y compromiso, no hay océano lo suficientemente grande que no podamos cruzar juntos