En Canarias hay 10.000 familias dueñas de caravanas. este sábado al menos 1.200 caravanas lograron mandar un mensaje unísono a los funcionarios que obedecen órdenes de políticos: ojito, hay votos en juego. En un acto sin precedentes, 1.200 integrantes de la estatal Plataforma de Autocaravanas (Paca) se movilizaron en Gran Canaria, reivindicando su derecho a disfrutar de la isla sin la intervención de los grandes turoperadores, que son los que presionan porque en 50 años de negocio de turismo en la isla nunca han podido hincarle el diente a este sector. El negocio de las caravanas genera un entorno de gasto en el comercio local de las zonas donde se ubica además de gastos industriales en mantenimiento y servicios.
La movilización, que convirtió a Gran Canaria en un refugio de libertad para los amantes de las caravanas, demostró que es posible organizar manifestaciones masivas de manera pacífica y con un alto grado de civismo. El Gobierno de Canarias ha comenzado a redactar una norma para regular el sector, y los caravanistas intuyen que se va a hacer a la medida de hoteleros y touroperadores. La plataforma estatal de autocaravanas Paca con un gran número de socios en las islas afirma que Canarias es junto a Madrid la única comunidad que no tiene regulación y denuncian que sufren las discriminaciones con hostilidad y acoso por parte de municipios turísticos. Hay turoperadores alemanes que quieren colocar este producto en sus catálogos y no pueden porque no hay regulación.
En el sur de Gran Canaria, la GC-1 fue un hervidero de tráfico autorizada por la Delegación del Gobierno en Canarias, Uno de los momentos más destacados de la movilización tuvo lugar en Arucas, donde unos 500 caravanistas se quedaron estancados. A pesar de las dificultades, el comportamiento ejemplar de los participantes permitió que la situación se manejara sin incidentes mayores. Los caravanistas bloquearon carreteras estratégicas, pero en todo momento permitieron el paso libre a los vehículos sanitarios y de emergencias, demostrando un profundo respeto por las necesidades esenciales de la comunidad.
La movilización no solo contó con la participación activa de los caravanistas, sino que también recibió el apoyo y la solidaridad de los conductores locales e incluso de los agentes de seguridad. Muchos automovilistas se unieron a la causa, ofreciendo palabras de aliento y suministros a los caravanistas. Los agentes de seguridad, por su parte, colaboraron en la organización y facilitaron la circulación de los servicios de emergencia, reconociendo el comportamiento cívico de los participantes.