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SUCESOS45 años de la tragedia del el vuelo 1008 de Dan Air entre Manchester y Tenerife

45 años de la tragedia del el vuelo 1008 de Dan Air entre Manchester y Tenerife

Y.V. Maspalomas24h Viernes, 21 de Marzo de 2025

El 25 de abril de 1980, el vuelo 1008 de Dan Air, operado por un Boeing 727, sufrió un trágico accidente mientras se aproximaba al aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife. Procedente de Manchester, la aeronave se estrelló contra la montaña de El Diablillo, en el municipio de El Rosario, a solo 20 kilómetros de su destino. El fatídico evento resultó en la pérdida de 146 vidas, convirtiéndose en uno de los peores desastres aéreos de la isla. Este accidente ocurrió apenas tres años después del devastador choque en Los Rodeos en 1977, que dejó 583 fallecidos y sigue siendo uno de los peores en la historia de la aviación.

 

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Las autoridades británicas señalaron otras contribuciones al accidente: La ambigüedad en las instrucciones transmitidas por el controlador aéreo, que causaron desorientación en la tripulación, la falta de indicación de una altura mínima para la espera, un  patrón de espera que no correspondía al rumbo de la pista de aterrizaje, lo que generó dudas adicionales y errores de navegación e interpretación

El avión siniestrado era un Boeing 727-46, identificado con el número de serie 19279/288. Fabricado en junio de 1966, su vida operativa comenzó con Japan Air Lines, antes de ser adquirido por la compañía japonesa TOA Domestic. En agosto de 1974, la aeronave pasó a formar parte de la flota de Dan Air, acumulando una experiencia de 13 años y 10 meses en el momento de la tragedia.

El vuelo 1008 se encontraba en maniobras de aproximación cuando, a las 13:21 horas GMT, impactó contra la montaña de El Diablillo. Todos los pasajeros y tripulantes a bordo fallecieron en el acto, marcando un día sombrío para la aviación y para Tenerife. Este accidente se sumó a una serie de tragedias previas en el aeropuerto de Los Rodeos, siendo la tercera en magnitud tras los desastres de 1972, con 155 víctimas, y el colosal accidente de 1977, que involucró a dos Boeing 747 y marcó un hito trágico en la aviación internacional.

Este suceso subraya la importancia de las medidas de seguridad en las aproximaciones a aeropuertos con condiciones geográficas y meteorológicas complicadas, como las de Tenerife Norte Los Rodeos. Además, destacó la necesidad de perfeccionar los sistemas de navegación aérea y comunicación entre pilotos y controladores, temas que cobraron mayor relevancia tras incidentes como este.

El informe elaborado por las autoridades de Aviación Civil de España concluyó que el accidente del vuelo 1008 de Dan Air fue resultado de decisiones críticas tomadas por el capitán, quien, al no prestar atención a la altitud de la aeronave, ingresó a una zona de terreno elevado sin mantener la distancia de seguridad necesaria. Este error fundamental derivó en una pérdida de control que tuvo consecuencias fatales.

Además, el informe identificó varios factores que contribuyeron al accidente como la realización de una maniobra que no estaba claramente definida, problemas de precisión en la navegación llevada a cabo por el capitán, falta de coordinación entre el capitán y el copiloto, lo que afectó el trabajo en equipo, la falta de tiempo adecuado para interpretar las instrucciones del controlador y ejecutar la espera en el punto designado, la inexistencia de datos sobre la espera en las cartas de navegación aeronáutica.

Según los registros, la aeronave debía llegar al VOR TFN siguiendo el radial 010 y abandonarlo por el 255, para luego incorporarse al punto FP. Allí, el controlador había definido un patrón de espera improvisado que incluía aproximarse a FP siguiendo el radial 150 y realizar giros a la izquierda. Sin embargo, el avión se desvió al este de TFN por más de una milla y lo comunicó con un retraso de 33 segundos, dando al controlador una impresión errónea sobre su posición.

Desde ese momento, la aeronave nunca se dirigió correctamente hacia FP. Las grabaciones de cabina indican que el capitán interpretó que debía tomar el rumbo 150 en alejamiento, lo que explica su maniobra equivocada. Otro elemento clave del accidente fue la forma en que el controlador transmitió las instrucciones. La espera indicada no estaba incluida en las cartas de navegación, lo que generó incertidumbre en una fase crítica como la aproximación. Además, la frase "turns to the left" fue interpretada por las autoridades británicas como "turn to the left", lo que pudo haber causado que el comandante realizara un giro incorrecto al llegar a FP y tomara un rumbo equivocado.

En los segundos finales, la aeronave nunca logró alcanzar FP, desviándose varias millas al sur. Poco después, la tripulación inició un giro a la izquierda, posiblemente provocado por la confusión del mensaje del controlador. Esta maniobra fue interrumpida por el sistema de aviso de proximidad al terreno, lo que llevó al avión a efectuar un giro hacia la derecha y entrar en un valle. Aunque este giro cesó las alertas momentáneamente, cuatro segundos después, el avión impactó contra la montaña a una altitud de aproximadamente 2.000 metros, sellando el destino de sus ocupantes.

 

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