Al igual que la derecha norteamericana de Donald Trump, los sectores más conservadores de Canarias, representados por la patronal industrial Asinca, defienden un modelo proteccionista que frene la llegada de productos del exterior mediante aranceles. ¿El argumento? “Proteger la industria local”. ¿La realidad? Llaman “industria local” a cosas como tostar café para venderlo en hoteles del sur de Gran Canaria. Esto afecta no solamente a los alimentos sino que tiene impacto hasta en la reforma de los hoteles con materiales de construcción.
El presidente regional de Asinca, Jorge Escuder, compareció este lunes en la comisión parlamentaria que revisa el Régimen Económico y Fiscal (REF) para exigir que el AIEM, el impuesto que encarece productos importados, pueda modificarse de forma inmediata, sin esperar los plazos de revisión de cada siete años. Es decir, un AIEM a demanda, ajustado a los intereses de las empresas, sobre todo las que viven del turismo.
Escuder lanzó la advertencia de siempre: “sin el AIEM, la industria canaria desaparecería”. Lo cierto es que, en el sur de Gran Canaria, el peso de esa “industria” es mínimo si se compara con la actividad turística o con el comercio real que se mueve gracias a los visitantes.
La patronal industrial pide ahora una actualización continua del listado de productos gravados por el AIEM, intentando frenar las críticas crecientes a este sistema que, en la práctica, encarece la vida de las familias residentes. Porque, al final, los que pagan los sobrecostes no son las industrias, sino los consumidores —sobre todo en el sur de la isla, donde más se nota el peso de las importaciones.
Mientras se habla de autonomía estratégica y soberanía alimentaria, los mismos que defienden este modelo bloquean la llegada de productos frescos o manufacturados que podrían ofrecer precios más bajos y más variedad a los residentes. Todo en nombre de una “industria” que, en muchos casos, apenas se sostiene sin subvenciones ni ventajas fiscales.
La propuesta estrella de Asinca ante la reforma del REF: mantener y fortalecer el AIEM, y exigir que el Estado cubra el 100% del coste del transporte de mercancías. Lo llaman apoyo al tejido productivo.