Mientras socorristas subcontratados por Look Up, empresa que presta servicio en sus hoteles, denuncian impagos desde diciembre y acusan a Lopesan de mirar hacia otro lado, el grupo hotelero lanza con entusiasmo corporativo su nuevo proyecto estrella: “Lopesan Vita”, un plan para cuidar el bienestar emocional, físico y financiero de sus trabajadores.

El programa, presentado como una "innovadora estrategia de bienestar integral", se centra en promover la salud mental, la alimentación equilibrada, el deporte, la conciliación laboral y, cómo no, la estabilidad económica. Todo ello, en un contexto donde trabajadores en sus propias instalaciones aseguran seguir trabajando sin cobrar y denuncian que la cadena ha sustituido parte del servicio con empleados de una ETT, generando desigualdad entre compañeros que realizan las mismas funciones.

Entre las bondades del plan destacan el sistema de puntos con recompensas como días libres o sesiones de spa —un alivio, quizás, para quienes sí ven llegar la nómina a final de mes— y la colaboración con QReady para agilizar trámites médicos y ofrecer apoyo psicológico. Una propuesta de lo más empática… salvo para quienes llevan sin ingresar un euro desde hace más de tres meses. Para ellos, la única recompensa es seguir manteniendo operativas las piscinas sin saber cuándo cobrarán.

Pese a que Lopesan Vita se promociona como un plan en evolución con vocación de extenderse a todos los hoteles del grupo, la realidad paralela que denuncian los socorristas cuestiona seriamente su coherencia. “¿Bienestar financiero?”, se preguntan algunos trabajadores. “Con cobrar a tiempo nos bastaría”. Mientras tanto, la cartelería interna ya anuncia nuevas rutas de senderismo y sesiones de yoga en la playa, donde quizá algún empleado pueda respirar hondo y practicar la resiliencia corporativa mientras espera su ingreso pendiente