La multinacional sueca Ikea enfila el verano turístico de Canarias con su primer negocio hotelero en Gran Canaria, aunque lo ha hecho con discreción y sin mostrar vínculos visibles con su reconocida identidad de marca. A través de Sarton Canarias, su sociedad instrumental en el archipiélago, la compañía ha comenzado a operar un establecimiento bajo el nombre comercial Las Dunas de Santa Catalina Boutique House, ubicado en la calle Maestro Valle 7, en Las Palmas de Gran Canaria.
A diferencia del conocido hotel IKEA de Suecia, este nuevo proyecto no lleva el nombre Ikea, ni ha sido decorado con sus productos, ni refleja su diseño escandinavo. Tampoco se ha anunciado de forma oficial quién gestionará el hotel, y todo apunta a que su funcionamiento será delegado a un operador externo aún no revelado. Se trata de una estrategia atípica para una marca que ha hecho del diseño funcional y accesible su gran emblema.
Sarton Canarias, cabecera del grupo nórdico en las islas, también proyecta una segunda apertura: Las Vegas de Ciudad Jardín Suites, que ocupará dos chalés contiguos (en las calles Brasil 15 y Fortuny 3), sumando un total de 21 habitaciones. Con este modelo de alojamiento boutique en zonas residenciales, la firma parece tantear un nuevo nicho hotelero en destinos urbanos.
Este movimiento contrasta con el modelo de hospitalidad desarrollado por Ikea en su país de origen. En Älmhult (Suecia), el único IKEA Hotell del mundo funciona desde hace 60 años como una vitrina viva del diseño sueco. Inaugurado en 1964 por Ingvar Kamprad como Motell IKEA, para atender a los primeros clientes de su tienda original, hoy el hotel cuenta con 250 habitaciones, salas de reuniones, restaurante, gimnasio y sauna. Todo está pensado bajo el lema de “sentirse como en casa” y está lleno de productos que cualquiera puede encontrar en el catálogo IKEA.
Mientras el IKEA Hotell sueco es una extensión de marca, el proyecto canario mantiene un perfil bajo, sin apenas conexión con el universo nórdico que caracteriza al gigante del mueble. Aun así, supone una apuesta relevante de la compañía en el sector turístico español, donde Ikea ya gestiona activos en destinos como Palma de Mallorca o el Caribe, aunque siempre con un nivel de discreción notable.
