Los hoteles que antes eran de IFA en el sur de Gran Canaria son propiedad de un fondo norteamericano. El dinero de EE.UU es el mayor tenedor de camas del sur grancanario. La caída en picado del fondo de inversión estadounidense Blackstone ha encendido todas las alarmas en el sur de Gran Canaria. En la sesión de este martes, el gigante financiero perdió un 40% de su capitalización bursátil, arrastrado por la ola de incertidumbre generada tras los movimientos arancelarios del expresidente Donald Trump y su ofensiva contra la Reserva Federal, lo que ha desatado un nuevo episodio de pánico en los mercados internacionales.
Blackstone es el mayor propietario hotelero de Canarias, con una cartera que incluye 22 hoteles en el archipiélago —casi 3.000 camas en Maspalomas—, gestionados por marcas como Lopesan o Barceló, entre otros. En el sur de Gran Canaria, sus activos incluyen varios establecimientos que anteriormente pertenecían al grupo Lopesan y que ahora están bajo el paraguas de Hotel Investment Partners (HIP), su división turística.
Aunque en los últimos meses la firma había manifestado su intención de desinvertir parcialmente en el mercado hotelero español —aprovechando el "buen momento del sector y las oportunidades de rentabilidad"—, la brutal corrección bursátil de esta semana pone en duda cualquier operación estratégica en marcha y reaviva la preocupación entre trabajadores, proveedores y autoridades locales.
"Lo que sucede con Blackstone no es ajeno al sur de Gran Canaria", advierte una fuente empresarial de San Bartolomé de Tirajana. "Estamos hablando del mayor propietario hotelero del archipiélago, con miles de empleos vinculados directa e indirectamente a sus activos".
Aunque los hoteles siguen operando con normalidad, la tensión es palpable. La incertidumbre en los mercados financieros podría acelerar o congelar la venta de activos, alterar contratos de gestión o impactar en inversiones previstas para renovación de infraestructuras. Además, se teme que una eventual crisis de liquidez en la matriz estadounidense afecte a las operaciones locales. Mientras tanto, sindicatos y asociaciones turísticas piden calma, pero exigen transparencia: “Necesitamos saber cuál es el plan de Blackstone y qué garantías hay para los trabajadores del sector hotelero en Canarias”, reclaman desde Sindicalistas de Base.
El sur de Gran Canaria, uno de los destinos más codiciados por el turismo europeo, sigue generando beneficios, pero queda por ver si eso será suficiente para amortiguar el golpe de esta nueva tormenta financiera global.
