El apagón en España y Portugal genera efectos colaterales en Gran Canaria. Crece la preocupación entre residentes y empresarios de Maspalomas ante la constatación de que una parte significativa de los sistemas de alarma instalados en viviendas, comercios y complejos turísticos del sur de Gran Canaria están conectados a centrales de monitoreo situadas en la Península, a más de 2.000 kilómetros de distancia.

La situación plantea serios interrogantes sobre la rapidez y eficacia de la respuesta ante emergencias locales, en un enclave donde la seguridad ciudadana y turística es esencial. A ello se suma el temor a un posible "apagón de seguridad" en caso de saturaciones, fallos de red o emergencias simultáneas. "Nuestra preocupación es real: si falla la conexión o la central de la Península no puede gestionar una alerta en tiempo real, la protección que se espera no llega", explican empresarios de San Bartolomé de Tirajana.

Además, expertos en seguridad advierten que en muchos casos las alarmas pueden saltar sin causa lógica aparente, activándose por cortes de red, interferencias o fallos técnicos, y generando falsas alarmas que colapsan los sistemas de respuesta. "Una alarma que se dispara sin motivo real puede generar desconfianza en el sistema y saturar los servicios de seguridad, justo lo que más debemos evitar en un entorno turístico como el nuestro", señalan.

Desde el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana se confirma que se están valorando medidas para exigir una mayor presencia local de empresas de seguridad y estudiar la viabilidad de establecer nuevas centrales de monitoreo en Canarias. "No podemos depender únicamente de infraestructuras externas para algo tan sensible como la protección de nuestro tejido social y económico", afirmaron fuentes municipales.