Gran Canaria según datos de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias continúa siendo uno de los corazones turísticos del archipiélago canario, y dentro de la isla, el sur brilla con luz propia. En 2024, las Dunas de Maspalomas lideraron el ranking de lugares más visitados en la isla con un 49% de los turistas que aterrizaron en el territorio insular incluyendo este paraje natural en su itinerario. Este emblemático espacio protegido, que conjuga belleza desértica, fauna autóctona y un ecosistema singular, sigue siendo una postal ineludible en el viaje de millones de visitantes. No solo es un atractivo visual: es símbolo de la identidad turística de Gran Canaria y un enclave de alto valor ecológico.
También en el sur, Puerto de Mogán se posiciona como tercer lugar más visitado, con un 41% de los turistas. Conocido como la “Venecia de Canarias”, este encantador puerto pesquero ha consolidado su atractivo gracias a la combinación de arquitectura tradicional, canales, playas y oferta gastronómica. A pesar de su tamaño reducido, su impacto es desproporcionado: acoge a miles de visitantes diarios que buscan la estampa ideal de un paraíso costero tranquilo y fotogénico.
La capital insular, Las Palmas de Gran Canaria, se mantiene en segunda posición con un 47,9%, gracias a su oferta cultural, comercial y urbana. Pero su atractivo contrasta con el auge que ha cobrado el interior de la isla. El norte y las cumbres, con espacios como el Roque Nublo (13,3%) y el Barranco de Guayadeque (7,2%), ganan peso entre un turismo que cada vez busca más el contacto con la naturaleza, el senderismo y la autenticidad rural.
Lugares con identidad propia como Teror (14%) o Agaete (14,2%) han mantenido una presencia constante en los recorridos de los visitantes, lo que refleja un mayor interés por la historia, el patrimonio y los paisajes de medianías. En estos destinos, las tradiciones, la arquitectura colonial y la gastronomía se entrelazan para ofrecer una experiencia alternativa al turismo de sol y playa. Así, Gran Canaria se presenta en 2024 como un mosaico de intereses turísticos, donde el sur sigue liderando con claridad, pero el interior y el norte ganan terreno en una tendencia que refleja una demanda creciente por lo auténtico, lo sostenible y lo diverso. La isla no solo es playa y dunas: es montaña, historia, pueblos con alma y paisajes que enamoran más allá del primer vistazo. Y ese equilibrio es, quizá, su verdadero motor de futuro.