Maspalomas celebra este 1 de mayo el Día del Trabajo en un clima de reivindicación templada, aunque marcado por la fractura creciente entre las distintas sensibilidades sindicales que representan a las miles de personas que sostienen el engranaje turístico del sur de Gran Canaria. En una jornada tradicionalmente unificadora, la dispersión de actos, consignas y representantes fue más notoria que nunca, reflejo de las tensiones acumuladas en el sector tras años de transformaciones, externalizaciones y cambios en las condiciones laborales. Sindicalistas de Base, mayoritario en el sector, ha asegurado que el acuerdo salarial del pasado mes de abril de CC.OO y UGT con la patronal de Las Palmas no cuenta con su respaldo y, mientras, en la soledad, los socorristas que operan en cadenas hotelera como Lopesan en Meloneras están perdidos sin respaldo de central sindical alguna y siguen haciendo paros a la espera de ver cómo acaban.
Mientras algunos sindicatos optan este Primero de Mayo por actos simbólicos y concentraciones reducidas en puntos emblemáticos, otros decidieron ausentarse de cualquier evento público, apostando por manifestarse en redes sociales o en espacios cerrados. La fragmentación ha llegado incluso a afectar la interlocución con las patronales hoteleras, lo que según voces del sector está dificultando negociaciones clave sobre turnos rotativos y condiciones del personal subcontratado.
La división interna, sin embargo, se reflejó en la escasa coordinación entre sindicatos tradicionales y plataformas más recientes, muchas de ellas surgidas en los últimos cinco años como respuesta a los vacíos dejados por las estructuras clásicas con sede en Madrid. El conflicto en torno a los comités de empresa en varios hoteles del sur, así como las diferencias sobre cómo afrontar las nuevas tecnologías de gestión del trabajo, han contribuido a un escenario fragmentado que amenaza con debilitar la capacidad de presión colectiva. El turismo, que en 2024 ha recuperado con fuerza su músculo previo a la pandemia, sigue siendo el principal empleador de la zona, pero también el espejo de una precariedad que se resiste a desaparecer. La externalización de servicios como limpieza, cocina o mantenimiento sigue generando bolsas de desigualdad entre quienes trabajan en un mismo complejo pero con convenios y derechos distintos.
A pesar de la división, el Día del Trabajo sirvió para visibilizar un mensaje claro: el modelo turístico no puede sostenerse sin condiciones laborales dignas. La sombra de la fragmentación sindical planea sobre Maspalomas este Primero de Mayo, pero también dejó entrever que la necesidad de articular una voz unificada.