El gigantesco apagón eléctrico que dejó a España y parte de Europa sin suministro durante más de diez horas este lunes tuvo consecuencias insólitas a escala internacional: las antenas satelitales de Maspalomas quedaron completamente desconectadas, causando una grave interrupción de comunicaciones en Groenlandia, una de las regiones más dependientes de este sistema.
El operador groenlandés Tusass confirmó en un comunicado a Maspalomas24H que perdió la conexión con su nodo en el sur de Gran Canaria, infraestructura crítica ubicada en Maspalomas que proporciona cobertura vía satélite al norte y sur de Groenlandia. La caída dejó sin teléfono, internet y SMS a miles de usuarios en el Ártico, evidenciando la relevancia estratégica del complejo espacial canario. “Estamos tratando de establecer si el corte está vinculado directamente al colapso energético de España”, indicó Tusass en un comunicado transmitido a Maspalomas24H.
El epicentro técnico de este fallo es la estación terrestre de seguimiento y comunicaciones satelitales de Maspalomas, gestionada por Hispasat y otras agencias colaboradoras. Este nodo, aunque ubicado en territorio insular, sostiene enlaces globales vitales y opera como hub de comunicaciones de alto nivel para servicios civiles, meteorológicos y científicos, incluidos sistemas en la órbita polar.
El Gobierno de España reconoció que el apagón implicó la pérdida súbita de 15 gigavatios de potencia en apenas cinco segundos, el 60% de la demanda nacional. Esta caída sin precedentes afectó no solo al suministro eléctrico, sino también a redes de datos, semáforos, metro, trenes e infraestructuras críticas, generando escenas de caos en ciudades como Madrid, Lisboa y Sevilla.
Mientras los principales medios nacionales se centraban en las ciudades peninsulares, la dimensión internacional del incidente —y el rol geoestratégico de Canarias— quedó invisibilizado. El corte de Maspalomas revela una vulnerabilidad crítica en los sistemas de comunicación intercontinental, y coloca a la estación canaria en el centro de la discusión sobre ciberseguridad, autonomía energética y soberanía tecnológica. Este incidente demuestra que Gran Canaria no es solo sol y playa: la estación de Maspalomas es clave en la arquitectura satelital global, y cualquier incidente técnico o energético en la isla puede tener repercusiones geopolíticas de primer orden.
La estación satelital de Maspalomas, ubicada en el sur de Gran Canaria, es una infraestructura clave para las comunicaciones globales, especialmente en el ámbito de telecomunicaciones y transmisión de datos. Inaugurada en 1985, se dedica principalmente a la recepción y transmisión de señales de satélites de comunicaciones, proporcionando soporte a empresas de telecomunicaciones, medios de comunicación y organismos internacionales. Además, juega un papel crucial en la conexión de diversas plataformas de televisión y servicios de internet, sirviendo como un nodo esencial en la red de comunicaciones que conecta Europa, África y América.