Tiene apenas 19 años, pero Ciara Lauve pisa desde el sur de Gran Canaria el escenario con la fuerza de quien sabe que no hay marcha atrás. La artista canaria ha convertido su voz en una promesa firme del panorama musical español y latino. A medio camino entre la energía vibrante reguetón, el groove melódico del trap y la sensibilidad de una balada, Ciara no solo canta: construye identidad.

Su irrupción no fue casual. En plena adolescencia, le pidió a su padre –DJ y cantante de toda la vida– que le dejara grabar una canción en el estudio casero. El resultado, que colgaron inocentemente en redes, se hizo viral. Fue la señal. “Desde pequeña la música siempre estuvo en casa, pero ese momento lo cambió todo”, recuerda la joven. Había nacido Ciara Lauve.

Pero fue durante la pandemia, en ese paréntesis que trastocó al mundo, cuando se produjo la conexión definitiva: desde Canarias a Puerto Rico, su talento captó la atención de Menes, uno de los productores más reputados del género urbano. Tres años de trabajo constante dieron forma a una voz más madura, una técnica pulida y un proyecto ambicioso. En 2023 lanzó El Pacto, su primer tema. Un año más tarde, llegaría su carta de presentación definitiva: el EP La Ciara.

Siete temas. Siete mundos. Con colaboraciones de peso, como Cauty, Moffa o el puertorriqueño Jan Blankeee, este trabajo muestra una artista en construcción que no teme al eclecticismo ni a la emoción. “No me gusta encasillarme. Puedo hacer reguetón, trap, balada, dance... Me inspiro en artistas como J Álvarez, Jory Boy o Dua Lipa, pero quiero sonar a mí”, afirma con naturalidad.

El último tema que ha lanzado, LV, es un reflejo de esa ambición sin fronteras. Grabado en una sesión en Madrid con el productor Botlok, y con la colaboración de Jan Blankeee, la canción mezcla sensualidad, flow y una producción pulida que suena a hit. No es casualidad que se haya convertido en uno de los temas favoritos de sus seguidores.

Y es que Ciara no es una promesa: es presente. Este verano, ha recorrido escenarios de todo el país con una gira que la ha llevado a festivales como el Cook Music Fest o el Reggaeton Beach Festival, compartiendo cartel con grandes nombres del género. “Es alucinante ver a tanta gente cantando mis letras. Subirme a un escenario ya no me intimida, me alimenta”, confiesa.

Pero no todo ha sido sencillo. Entre las dificultades de iniciar una carrera musical tan joven, Ciara destaca el equilibrio entre su vida personal y profesional, la presión constante por innovar y mantenerse creativa, y aprender los entresijos de una industria que puede ser tan brillante como implacable. “A la Ciara de los inicios le diría que tenga paciencia y confíe. Cada tropiezo también suma”, reflexiona.

Lo que viene, según ella, es solo el comienzo. Más música, más escenarios, más exploración artística. Su nombre empieza a resonar fuera de las islas, en listas de reproducción, en colaboraciones y en conversaciones sobre el futuro del urbano con acento canario.

Ciara Lauve canta como quien sabe que no hay plan B. Y esa es, precisamente, su mayor fuerza.