Los hoteles del sur de Gran Canaria, uno de los principales motores turísticos del archipiélago, están siendo víctimas silenciosas de condiciones contractuales impuestas por grandes turoperadores europeos que pueden considerarse abusivas y que, en muchos casos, comprometen la rentabilidad de los establecimientos. Así lo advierte José Antonio Fernández de Alarcón Roca, abogado y socio fundador del despacho Monlex, especializado en derecho turístico, quien alerta de que cada vez son más frecuentes los contratos que imponen condiciones "altamente desproporcionadas" a los alojamientos, especialmente a los independientes o no integrados en grandes cadenas.
Entre las prácticas más cuestionadas, Fernández de Alarcón destaca: Cancelaciones unilaterales sin penalización, que permiten al turoperador anular reservas sin asumir consecuencias económicas, dejando al hotel con la pérdida, bloqueo de cupos sin garantía de ocupación, lo que puede traducirse en ingresos nulos por habitaciones reservadas para nada, las limitaciones en la política de precios, que restan flexibilidad a los establecimientos para adaptarse a la demanda o la remisión a condiciones generales no negociadas, un mecanismo que, según el letrado, "esconde cláusulas de indemnidad descompensadas y muy perjudiciales".
"Muchos hoteles aceptan estas condiciones por necesidad o por miedo a perder el canal de ventas", señala Fernández de Alarcón, que pone el foco en la asimetría de poder entre turoperadores internacionales y pequeños empresarios hoteleros locales. La situación no es nueva, pero se agrava en un contexto de recuperación turística post-COVID y alta ocupación donde los contratos firmados con anterioridad vuelven a mostrar sus grietas. "Es ahora cuando muchas de estas cláusulas empiezan a hacer verdadero daño. Hay hoteles que tienen bolsas de reclamaciones millonarias acumuladas por contratos firmados a la ligera", subraya el abogado.
El sur de Gran Canaria, con miles de camas alojativas en San Bartolomé de Tirajana y Mogán, se convierte así en uno de los territorios más expuestos a estas dinámicas. ¿Qué pueden hacer los hoteleros? Desde Monlex recomiendan a los hoteleros revisar minuciosamente los contratos, incluyendo anexos y condiciones externas, buscar asesoramiento legal especializado antes de firmar, documentar todas las comunicaciones con los operadores turísticos, explorar vías judiciales o administrativas para impugnar cláusulas abusivas.
"Los hoteleros tienen derecho a contratos equilibrados. Y aunque la Directiva 93/13/CEE está pensada para proteger a consumidores, sus principios se pueden aplicar en relaciones empresariales cuando hay desequilibrio claro", recuerda el jurista. Fernández de Alarcón llama también a la acción colectiva. "Quizás haya que dejar de esperar a que cada hotel actúe por su cuenta. Las asociaciones empresariales deberían asumir este desafío, porque estamos hablando de una amenaza estructural para la competitividad del destino". Mientras tanto, la recomendación es clara: leer la letra pequeña y negociar con firmeza. Porque en un mercado cada vez más competitivo, lo que está en juego no es solo una temporada buena sino la viabilidad del modelo hotelero canario a medio plazo.