El consejero delegado de Jet2.com y Jet2holidays, Steve Heapy, ha advertido esta semana sobre el creciente malestar de los turistas británicos ante las recientes protestas antiturísticas en España, y ha instado al sector a prepararse para gestionar sus inquietudes. En una mesa redonda celebrada en la Embajada de España en Londres, Heapy afirmó que el clima de protestas está generando dudas entre los clientes sobre si siguen siendo bienvenidos en los destinos españoles.

“Hemos tenido gente llamando al centro de atención y visitando agencias de viajes con preguntas como: ‘¿España es segura?’ o ‘¿Todavía somos bienvenidos en el complejo?’”, señaló, según recoge The Independent. Las protestas, que incluyen mensajes hostiles como “turistas, iros a casa” pintadas en fachadas, están empezando a influir en la percepción del destino.

Heapy apuntó directamente al turismo sin licencia, particularmente el promovido a través de plataformas como Airbnb, como un factor agravante del problema. “Desafortunadamente, se está convirtiendo en un gran problema, y la percepción se convierte en realidad”, advirtió. Según el ejecutivo, estos alojamientos no regulados están intensificando el rechazo social, especialmente en zonas con alta densidad turística.

Desde la Oficina Española de Turismo en Londres, su director Manuel Butler hizo un llamamiento a la calma, subrayando que estas tensiones responden a dinámicas locales y no representan el sentir general del país. “La gran mayoría de España sigue entusiasmada a la hora de acoger a los turistas”, aclaró. Butler mencionó que las protestas se han concentrado en ciudades como Barcelona, Palma o Santa Cruz, donde confluyen problemáticas sociales como la presión sobre la vivienda, el encarecimiento de la vida y los retos medioambientales.

Jet2, uno de los principales operadores de vuelos y paquetes vacacionales entre el Reino Unido y España, ya había expresado a principios de año su preocupación por la competitividad del destino español frente a otros países más económicos o percibidos como más hospitalarios. La tensión entre turismo masivo y calidad de vida local, una vez más, vuelve a colocarse en el centro del debate.