Mayo trae al sur de Gran Canaria la gran cita del turismo de golf europeo: la Convención Europea de IAGTO 2025, un evento de primer nivel que convertirá Maspalomas en punto de encuentro para turoperadores, campos, cadenas hoteleras y destinos internacionales. Entre los asistentes, uno de los más activos será Marruecos, que aprovecha la ocasión para promocionar su amplia red de campos a través de Madaef Golfs, con representación destacada del Royal Golf El Jadida.
Mientras Las Palmas continúa su política de atraer, o extraer, turismo desde el sur insular hacia el caos urbano de las “mil y una obras inacabadas”, Marruecos también pastorea en la capital económica de Canarias, reforzando su marca entre profesionales europeos del golf con una agenda ambiciosa. Networking, reuniones y promoción directa en uno de los destinos más consolidados del segmento. La carrera por el turista premium se juega también en el green… y Gran Canaria es hoy un campo compartido. Marruecos ya tiene 17 millones de turistas al año.
Marruecos llega a la capital turística del archipiélago no como espectador, sino como agente comercial en plena ofensiva promocional, con la intención clara de atraer a los turoperadores internacionales hacia sus campos de golf en El Jadida, Marrakech o Agadir. En golf, un deporte que llegó a Marruecos en 1914, Turismo de Marruecos le da algunas vueltas a los canarios en promoción. Por ejemplo, desde 2023 Netflix ha establecido una asociación estratégica en ese mercado destinada a promover el golf en Marruecos a nivel internacional bajo la marca "Marruecos, Tierra de Luz". Esta colaboración comenzó con la integración de la marca Marruecos en la Copa Netflix celebrada recientemente. El evento de 2023, por ejemplo, contó con pilotos de Fórmula 1 y golfistas del PGA Tour, marcó la presencia de Marruecos como destino oficial, beneficiándose de la visibilidad a través de los canales de comunicación desplegados por Netflix, llegando a más de 247 millones de suscriptores.
Lo paradójico es difícil de ignorar: Maspalomas sirve de trampolín para que Marruecos capte turismo europeo de alto nivel, usando como plataforma la infraestructura y el prestigio canario, pero para desviar flujos hacia sus costas. Una metáfora viva de lo que ocurre desde hace años dentro de la propia isla: Las Palmas de Gran Canaria también usa al sur como cantera turística, vendiendo city-breaks urbanos con excursión al caos de las obras eternas y los buses atascados. La capital económica de Canarias, incapaz de retener por sí misma grandes flujos internacionales, pesca en las aguas tranquilas del sur. Marruecos, con menos complejos, hace lo mismo pero a lo grande. El sur pone el escenario, y otros —una vez más— se llevan el espectáculo.