Que el sur de Gran Canaria haya acogido a lo largo de su existencia las ideas más disparatadas viene de lejos. Corría el año 1786 cuando Cristóbal Vicente Mújica pidió licencias en Las Palmas para capturar ballenas en Maspalomas. La zona era muy rica en pesca porque ya desde 1660 Maspalomas y Juan Grande acogían, según recoge Viera y Clavijo, y como ratifica el ingeniero militar Miguel Hermosilla en 1779, los yacimientos de pesca y sal del sur de Gran Canaria para cargar en barcos, unos 20 eran la flota canaria, en el Puerto de Gando.  Ocurrió que desde Las Palmas le dieron luz verde a Mújica en 1795 para cazar ballenas durante seis años intentando al mismo tiempo tener en La Isleta fábricas en suelo gratis para el tratamiento de la mercancía. Desde Madrid llega entonces un permiso en forma de Real Provisión del Consejo de Castilla de 7 de julio de 1786 había ordenado a la Real Audiencia que adjudicase a Cristóbal Vicente Mújica la Isleta para el establecimiento de una factoría destinada a la pesca. En 1797 le quitaron la licencia por laja.
El catedrático de Historia Moderna de la ULPGC, Juan Manuel Santana, señala que "todos estos proyectos balleneros resultaron otros tantos fracasos, fue la historia de una frustración, que únicamente hirieron a diversas ballenas y capturaron unas pocas crías, con una inversión completamente deficitaria, que quedó definitivamente abandonada y colisionaron con diversos intereses, a lo que se unían las dificultades técnicas y financieras y los escollos de la improvisación. Fue una vez más, parte del dirigismo económico propio de las políticas ilustradas, que intentó apoyar la pesca de ballenas con medidas que iban de arriba a abajo"..
Para la operación de cazar ballenas hay papeles firmados con fecha de 1803 donde se insta a dar licencia porque Mújica había mandado a construir cuatro barcos balleneros y desarrollado tres campañas pesqueras. ¿Y sabes qué pretendía el armador realmente? saquear de madera Doramas, que era un buen bosque sumando la una tala de árboles 170 fanegadas. En Las Palmas el  8 de abril de 1808 se declara baldíos los suelos situados entre Maspalomas y Arguineguín por tratarse de tierras no panificables por el Corregidor de la Audiencia de Las Palmas. En 1817 y el año 1818, Mújica vuelve a solicitar suelo en La Isleta para capturar ballenas en Maspalomas durante la primavera en el sur de Gran Canaria, pero nunca lo pudo llegar a hacer efectivo. Cristóbal Mújica en su testamento otorgado el 20 de octubre de 1831 siguió reclamando sus derechos e incluye entre sus bienes las fanegadas que le habían concedido. Las tierras que solicitaba rendían mucho más como productoras agrarias que el beneficio de esa ilusión pesquera.
 
  






















