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MASPALOMASEl AIEM: El arancel de Canarias que vive de Maspalomas, revienta la legalidad y pone en jaque a la Comisión Europea

El AIEM: El arancel de Canarias que vive de Maspalomas, revienta la legalidad y pone en jaque a la Comisión Europea

G. H. Maspalomas24h Lunes, 26 de Mayo de 2025

El Arancel sobre la Importación y la Entrega de las Mercancías en Canarias es una de esas historias que revelan el tufo de la connivencia y el clientelismo. Se vende como una herramienta para "proteger la producción local" o para "compensar la insularidad", pero la realidad, como siempre, es mucho más prosaica y rentable para unos pocos. A costa del turismo del sur de Gran Canaria se vive muy bien las elites locales de Las Palmas capaces de llamar esparcidores de bulos a los que piden su eliminación, como dijo el expresidente de Asinca, Gonzalo Medina, hace un par de años.

El problema es el dinero, como casi siempre. Se les ha ido de las manos. La Comisión Europea estableció un tope de 150 millones de euros para que este arbitrio fuera legal bajo la excepcionalidad de la ultraperiferia. ¿Y qué ha pasado? Que la recaudación ha superado con creces ese límite. En 2022, el AIEM disparó las cifras hasta rozar los 225 millones de euros. Un aumento del 50% entre 2020 y 2022. En 2024 se espera unas cifras demoledoras porque cuando se hizo el arancel se estableció un tope para 12 millones de turistas y ya superan los 17 millones en toda Canarias. Una barbaridad. Esto se atribuye al aumento de las importaciones. Claro, en la reactivación económica post-pandemia, todo lo que entra por el puerto de Las Palmas paga su peaje. La lógica es implacable: más importaciones, más recaudación para las arcas locales. ¿Qué va hacer esa tropa de Las Palmas de Asinca? ¿Crear una campaña de promoción de productos canarios para que nadie levante la liebre?

Bruselas en Alerta: La presión de la prensa digital y la vergüenza de Asinca

Bruselas, que tiene sus tiempos pero al final mira con lupa los dineros, está ultimando un expediente a España. Y esto es crucial: el soplo no ha venido de los canales oficiales ni de la prensa "de cabecera" que prefiere el silencio. La información, la verdad incómoda de que la recaudación superaba con creces el tope legal, ha llegado a la Comisión Europea gracias a la prensa digital canaria. Esos medios que, a diferencia de los "masajistas informativos" de la prensa tradicional y las radios especializadas en "fisioterapia" (excelente definición, por cierto), no viven del pastoreo de las ayudas institucionales y se atreven a hacer preguntas. Una bofetada en la cara.

Ahora, Asinca, la patronal que defiende a capa y espada este blindaje fiscal para sus asociados, no sabe ya dónde meterse. Se les ha caído el chiringuito. Sus "cáncamos" ya no pueden soportar la realidad y cada vez que hay asamblea regional vetan a la prensa digital en un alarde de elitismo propio de la época preconstitucionales. Es la vergüenza del que se pilla con el carrito del helado. La gente de a pie cree que esto del AIEM solo afecta a productos "de lujo" como las famosas ambrosías Tirma que endulzan la vida en las islas. Pero no, el alcance es brutal. Este arancel se aplica a la entrada de bienes en territorio canario, sin importar su origen. Y aquí, en clave de rehabilitación turística que tanto necesita el sur de Gran Canaria, viene el listado que muestra la 'arancelidad' y el alcance de este arbitrio. Desde cementos hidráulicos (que no sean clinker o portland blanco), hasta morteros, hormigones, aditivos y preparaciones ignífugas. Es decir, todo lo que necesitas para construir un edificio, un hotel o una casa, paga. Los vidrios de seguridad, las vidrieras aislantes, e incluso las bombonas y botellas de vidrio (excepto las de uso sanitario, cosmético o condimentos) están gravadas.

En el sector de la química, afecta a productos tan básicos para la sanidad como el nitrógeno, el oxígeno o el dióxido de carbono. El ácido sulfúrico con baja concentración, el hipoclorito de sodio, la urea en disolución, abonos con algas... Si quieres pintar una pared, las pinturas y barnices a base de polímeros (tanto en medio acuoso como no acuoso), salvo las de automoción, también tributan. Los tintes al por menor, los colores para pintura artística, la masilla, cementos de resina y plastes. Incluso las preparaciones de belleza con un 30% o más de aloe vera (¡vaya detalle!).

Los productos de uso diario no se salvan: jabón, agentes de superficie orgánica y preparaciones de limpieza (siempre que el envase no sea inferior a 200 kg en algunos casos, una excepción que parece hecha a medida). Y las velas, cirios, o los disolventes y diluyentes orgánicos. La omnipresencia continúa en los plásticos, con los tubos rígidos de polímeros de etileno de ciertos diámetros, salvo los de agricultura. Y en el papel y las artes gráficas: papel higiénico, pañuelos, toallas, manteles, todo lo de uso doméstico o sanitario (salvo una partida específica). Las cajas, sacos, bolsitas, envases de papel y cartón (con exclusiones de "tetrabrik" y "tetrapack" que denotan el lobby de turno). Y las etiquetas de todo tipo. También papeles para escritura e impresión (salvo los ya impresos, estampados o perforados).

Esto no es protección a la industria local; esto es una barrera fiscal que encarece la vida y la actividad económica en las islas. El AIEM es una auténtica sanguijuela que succiona recursos a la entrada de casi cualquier bien, desde un somier para un hotel hasta la pintura con la que se decora. Y ahora, con la espada de Damocles de Bruselas y la valentía de la prensa digital, a los que defendían este blindaje les ha tocado bailar con la más fea. La revisión de 2027 va a ser interesante, porque a Asinca, con la evidencia de la recaudación, le va a costar mucho seguir "cocinando" su listado.

 

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