El pasado fin de semana, la sede de Lopesan en Las Palmas sufrió un robo que ha puesto en alerta a la empresa y a las fuerzas de seguridad. Los ladrones sustrajeron dos ordenadores portátiles, pertenecientes al presidente de la compañía, Eustasio López, y al responsable de servicios jurídicos, según supo este lunes Maspalomas24H de fuentes financieras. Además del lawfare con el que López viene siendo perseguido desde 2016 hay que destacar que en 2024, como adelantó Maspalomas24H, la empresa sufrió un ataque informático que secuestró información e incluso habría alterado incluso cobros nóminas de trabajadores.
El robo o pérdida de un dispositivo portátil que contiene información sensible puede considerarse una brecha de seguridad, según el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). En tales casos, es obligatorio notificar el incidente a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) en un plazo de 72 horas si existe riesgo para los derechos y libertades de las personas afectadas. La Unidad Científica del Cuerpo Nacional de Policía ha estado trabajando durante las últimas jornadas para esclarecer los detalles de este incidente. Las investigaciones apuntan a que los autores del robo actuaron con conocimiento previo sobre la ubicación exacta de los dispositivos, ya que los ordenadores estaban guardados en despachos específicos y de acceso restringido.
Este tipo de robos, especialmente cuando están dirigidos a dispositivos electrónicos que contienen información sensible, suelen levantar sospechas sobre posibles acciones de espionaje industrial o robo de información estratégica. El material almacenado en estos portátiles puede incluir datos corporativos confidenciales, contratos, estrategias empresariales y documentación legal, lo que convierte a estas piezas en objetivos de alto valor para competidores o actores con interés en desestabilizar a la compañía. Casos similares han sido reportados en España y Europa, donde el robo o acceso ilegal a dispositivos electrónicos de directivos ha generado riesgos significativos para la seguridad corporativa. En varios incidentes, se ha confirmado que los delincuentes tenían información interna para localizar los dispositivos con datos sensibles, lo que evidencia un modus operandi profesional.
Empresas y expertos en seguridad advierten sobre la necesidad de implementar medidas estrictas de protección digital y física, así como protocolos de respuesta rápida ante incidentes de esta naturaleza para minimizar daños y evitar filtraciones que puedan afectar la reputación y estabilidad financiera de las organizaciones. La investigación sigue abierta y se espera que en los próximos días se conozcan más detalles sobre los responsables y el alcance real del robo en Lopesan.
