El 30 de mayo, Día de Canarias, se conmemora en un archipiélago que, según algunas fuentes, exhibiría políticas que, en lugar de proteger plenamente al trabajador o al pequeño productor, podrían estar favoreciendo una competencia feroz entre grandes operadores, amparados por subvenciones públicas y ayudas que presuntamente actuarían como un balón de oxígeno para multinacionales y grandes cadenas. Esta realidad, que no siempre aparece en los discursos oficiales, estaría teniendo consecuencias importantes.
En este contexto, parecería surgir una nueva batalla comercial con repercusiones en el sur de Gran Canaria, donde se observaría un pulso entre Mercadona y Lidl, dos grandes cadenas con estrategias opuestas y prácticas que, según ciertos sectores, podrían estar afectando la supervivencia de la producción local. Se indica que Mercadona habría impuesto a sus proveedores de productos derivados lácteos restricciones para no suministrar a Lidl ni Aldi, supermercados alemanes con presencia consolidada en la isla y que tradicionalmente cubrían la demanda de turistas, principalmente alemanes, que buscan adquirir especialidades lácteas canarias.
De confirmarse esta situación, muchos clientes habituales, en su mayoría turistas, se habrían visto privados de la opción de comprar productos elaborados con leche autóctonos en Lidl, generando frustración y, posiblemente, cambios en los hábitos de consumo. Esta posible maniobra comercial no solo modificaría el mercado, sino que también podría interpretarse como una estrategia para controlar el acceso a determinados productos.
Paralelamente, esta controversia habría reactivado el debate dentro del sector sobre las prácticas comerciales de los grandes operadores de descuento duro en Gran Canaria. Algunos productores consultados por Maspalomas24H estarían analizando detalladamente la posible existencia de ventas por debajo de precio —una táctica que se presume podría utilizarse para captar clientes— y cómo estas prácticas podrían afectar a la competencia local y a la cadena de valor del producto canario. Casos como el café o los productos lácteos procesados estarían siendo objeto de especial atención, dado que vender por debajo del coste podría perjudicar a los productores y distorsionar el mercado.
Mientras Mercadona y Lidl protagonizan este pulso comercial, otras cadenas habrían emergido como una alternativa para turistas y residentes que buscan alimentos lácteos canarios sin renunciar a calidad ni autenticidad. En supermercados del sur de Gran Canaria sería posible encontrar una amplia variedad de productos de origen lácteo típicos de la isla, como el queso de flor de Guía, el queso majorero de Fuerteventura y derivados artesanales de Lanzarote y Gran Canaria. Además, marcas reconocidas como Flor de Guía, Quesería Bentayga o Quesos La Cumbre estarían presentes en los estantes, ofreciendo un abanico que podría satisfacer tanto a consumidores locales como a visitantes.
Este escenario podría reflejar no solo las tensiones entre grandes cadenas comerciales en Canarias, sino también la importancia de promover los productos derivados lácteos autóctonos en un mercado cada vez más competitivo y globalizado. La reacción de los turistas, que ante las dificultades para comprar en Lidl habrían optado por otros supermercados locales de proximidad, podría ser un indicador de que la demanda por productos lácteos y quesos auténticos canarios sigue siendo fuerte. Por último, los estudios sobre prácticas comerciales agresivas, como la presunta venta por debajo de precio, podrían derivar en regulaciones más estrictas para proteger la economía local, buscando un equilibrio entre competitividad y sostenibilidad para productores y consumidores.
