Como viene siendo tónica habitual en todo lo que concibe a la UD Las Palmas últimamente, las noticias, antes de confirmarse, son rumores a viva voz que resuenan por medios locales y nacionales. Es lo que ha pasado con el futuro del banquillo del club amarillo, que pese a no haber confirmación oficial al respecto ya dan por resuelto en el entorno de la Unión Deportiva.

En la capital dan por hecho que Diego Martínez ya es historia y que su sustituto se confirmará antes de que el técnico vigués se embarque en su vuelo de vuelta. Tras un largo casting en el que se barajaron nombres como Eder Sarabia o Rubén de la Barrera, el sustituto –si todo se da como indican fuentes cercanas al club– será Luis García Fernández. 

Pocos futbolistas pueden presumir de haber sido ídolos en Sarrià, héroes fugaces en Zaragoza y de haberse reinventado como entrenadores en medio mundo. El –previsiblemente–nuevo técnico amarillo es de esa estirpe.

Delantero con alma de mediapunta, fue uno de esos jugadores que no llamaban la atención por su velocidad, pero sí por su inteligencia y su olfato de gol. Lo suyo era estar donde tocaba en el momento justo. Un oportunista de manual, de la escuela de Raúl Gonzalez Blanco, de esos jugadores que se fabrican en patios de colegio y se pulen a base de partidos de barro y regional.

Empezó en la cantera del Real Madrid y llegó a debutar con el primer equipo blanco en la Copa del Rey 2003. Tras pasar por el filial y foguearse en el Murcia, fue en el Real Mallorca donde empezó a hacerse notar. Pero su salto definitivo llegó con el RCD Espanyol, club donde alcanzó el estatus de ídolo, anotando más de 50 goles y liderando al equipo con un doblete en la recordada final de la Copa del Rey de 2006 que logró el conjunto perico ante el Real Zaragoza en el Santiago Bernabéu. 

Pasó por el Real Zaragoza, donde se erigió como uno de los líderes del equipo gracias a su experiencia y veteranía pero donde solo anotó 8 tantos en dos temporadas. Tras una breve aventura transatlántica en el Tigres UANL mexicano, acabó su carrera como futbolista en el KAS Eupen belga, club en el que colgó las botas a los 39 años. 

Lo suyo con el fútbol era una relación de largo recorrido, así que no extrañó que, colgadas las botas, se lanzara de cabeza al área técnica. Luis García Fernández dio sus primeros pasos como entrenador en el juvenil "A" del CF Damm, donde estuvo tres temporadas (2019–2022) formando cantera y cogiendo tablas, hasta ser relevado por Sergio García. En la 2022-23 tomó el timón del RSC Internacional FC, club del Grupo VII de la Tercera Federación, con aspiraciones de convertirse en el nuevo Real Madrid "C".

Su gran salto llegó en abril de 2023, cuando el RCD Espanyol, en plena crisis en Primera División, le ofreció el banquillo precisamente tras la destitución de Diego Martínez. No logró evitar el descenso y, aunque comenzó la siguiente temporada en Segunda, fue destituido en noviembre pese a mantener al equipo en puestos de playoff.

Lejos de quedarse en casa, cerró 2023 con un contrato como segundo entrenador de la selección de Catar, junto a Tintín Márquez. En diciembre de 2024 asumió como técnico principal para la Copa de Naciones del Golfo, pero en mayo de 2025 fue reemplazado por Julen Lopetegui. Un recorrido que confirma que lo suyo es moverse: de la cantera al Espanyol, y de ahí a los banquillos internacionales.

García es uno de esos perfiles de entrenador joven, con pasado ilustre y discurso moderno, que intenta abrirse camino entre los veteranos del fútbol español que se han reinventado en los banquillos; un perfil demandado y con recorrido, como muestra el reciente fichaje de Xabi Alonso como técnico del Real Madrid o el éxito de Luis Enrique en la Champions League con el Paris Saint-Germain.

García será el hombre al que la afición amarilla se tendrá que encomendar en la nueva aventura del club en Segunda División, cuyo objetivo quedó marcado desde que se confirmó el descenso: volver cuanto antes a la categoría reina del fútbol español.