El presidente de Lopesan, Eustasio López, dirige el 30 de junio de 2025 la junta general de accionistas con el ejercicio 2024 en plena recuperación tras el drama del Covid19, que ya es historia, a través de la patrimonial Helsun. Las grandes fortunas no solo se hacen, sino que se gestionan con una meticulosa atención al detalle. Los números de Lopesan, una de las insignias del turismo en el sur de Gran Canaria, para los ejercicios cerrados a 31 de diciembre de 2021, 2022 y 2023, ofrecen una ventana privilegiada a esa estrategia, marcada por la solidez financiera, la centralización del control y una disciplina espartana en la gestión de la liquidez: ¿Un sacrificio por la inversión estratégica?
En un entorno donde la incertidumbre es la única constante, Lopesan se mueve con la confianza de quien tiene las espaldas bien cubiertas. Sus números no son un mero balance, sino la expresión contable de una estrategia de poder bien calculada, que le permite dominar el terreno de juego en el sur de Gran Canaria y mirar hacia el futuro con una envidiable posición de fuerza. La partida no ha hecho más que comenzar para quienes tienen el capital y la visión para jugarla.
Los datos de 2024 son excelentes. Pero esto es resultado del esfuerzo de los últimos ejercicios. El activo total de Lopesan, que repuntó de 899.016.193 euros en 2021 (100%) a 948.809.355 euros en 2022 (100%), experimentó una contracción notable hasta los 864.344.387 euros en 2023 (100%). Esta reducción, de casi 84,5 millones de euros en un solo año, lejos de ser un síntoma de debilidad, sugiere una operación de ajuste fino en sus balances, una probable desinversión de activos no estratégicos o una optimización de la estructura. Es un movimiento de quien no deja nada al azar, de quien busca la eficiencia máxima tras los años de la pandemia.
Dentro del activo no corriente, las inversiones en empresas del grupo y asociadas a largo plazo son, con diferencia, la partida más relevante. Pasaron de 387.285.017 euros (43,08%) en 2021 a 368.420.902 euros (38,83%) en 2022, para luego alcanzar un pico de 391.228.136 euros (45,26%) en 2023. Esto indica una estrategia clara de consolidación o control de filiales y participadas a largo plazo, con 354.945.370 euros (41,07%) en instrumentos de patrimonio y 36.282.766 euros (4,20%) en créditos a empresas del grupo en 2023.
El inmovilizado material se mantiene en porcentajes muy bajos (3.342.202 euros, 0,39% en 2023). Sin embargo, la partida de Construcciones dentro de Inversiones inmobiliarias, tuvo un salto significativo de 591.034 euros (0,06%) en 2022 a 15.685.822 euros (1,81%) en 2023. Por otro lado, la partida de Terrenos dentro de Inversiones inmobiliarias muestra un valor de -2.644.213 euros (-0,31%) en 2023, lo cual es inusual y podría deberse a un ajuste contable o una reclasificación importante. El Inmovilizado en curso y anticipos creció de 0 euros en 2021 y 2022 a 177.495 euros (0,02%) en 2023, señal de proyectos en marcha.
Sin embargo, hay una cifra que salta a la vista y que merece un análisis pormenorizado: la liquidez en efectivo y otros activos líquidos equivalentes. Si bien en 2021 Lopesan manejaba 145.860.220 euros (16,22%), cifra que se redujo a 65.559.748 euros (6,91%) en 2022, el dato de 5.170.764 euros (0,60%) en 2023 es, cuanto menos, llamativo. Un desplome tan drástico del efectivo disponible solo puede entenderse como la canalización de esos fondos hacia otras vías más rentables o estratégicas. Pensemos en las inversiones en Construcciones que mencionábamos o las Inversiones financieras a corto plazo, que pasaron de 4.148.043 euros (0,44%) en 2022 a 27.407.571 euros (3,17%) en 2023. Es la paradoja del poder: el efectivo se esfuma de la caja, pero la empresa se fortalece en sus cimientos. La pregunta es: ¿a dónde ha ido el resto de esa liquidez y qué proyectos, aún no totalmente visibles, está financiando? Las Inversiones en empresas del grupo y asociadas a corto plazo son la mayor componente del activo corriente, representando 364.653.515 euros (42,19%) en 2023, aunque han disminuido desde los 437.649.894 euros (46,13%) en 2022. Las existencias se mantuvieron estables en torno a los 29-31 millones de euros (alrededor del 3,3-3,4%).
Patrimonio y deuda: La fortaleza inexpugnable
Pero si hay algo que define la fortaleza de Lopesan, es su patrimonio neto. Con 761.247.205 euros (88,07%) en 2023, frente al 80,06% en 2022 y 82,06% en 2021, esta es la verdadera armadura de la compañía, una estructura de capital propio que le confiere una independencia financiera envidiable. Las reservas, con 748.965.969 euros (86,65%) en 2023, son el pilar de esta solidez. Sin embargo, el resultado del ejercicio ha disminuido de 21.854.382 euros (2,30%) en 2022 a 11.707.942 euros (1,35%) en 2023, aunque sigue siendo positivo y contribuye a las reservas.
La gestión del pasivo es igualmente reveladora. La reducción significativa del pasivo corriente, que ha pasado de 147.231.392 euros (15,52%) en 2022 a 72.313.394 euros (8,37%) en 2023, evidencia una estrategia agresiva de saneamiento y de control de la deuda a corto plazo. Han reducido las deudas con empresas del grupo y asociadas a corto plazo de 113.072.766 euros en 2022 a 50.723.962 euros en 2023. Las deudas con entidades de crédito (CP) también se redujeron de 733.123 euros a 256.180 euros en el mismo periodo. El pasivo no corriente también se ha reducido ligeramente, situándose en 30.783.788 euros (3,56%) en 2023, frente a los 41.995.412 euros de 2022. Las deudas a largo plazo con entidades de crédito han disminuido progresivamente de 11.038.857 euros en 2021 a 10.210.283 euros en 2023, lo que refuerza la independencia financiera de la empresa.
