La filial de Lopesan en Alemania dispone de gasolina para rato. A punto de presentar las cuentas de 2024, con una capitalización de 296 millones de euros, la empresa de hoteles nos presenta un giro dramático en su cuenta de resultados de 2023. Si en 2022 LS Invest AG se desangraba con 7,31 millones de euros en pérdidas netas, el 2023 ha obrado el milagro: un resultado neto positivo de 44,88 millones de euros. Un salto de casi 52 millones de euros.
Pero aquí viene la clave, a menudo oculta en el detalle fino de los comunicados: las ventas netas apenas se movieron de 123,64 a 128,76 millones de euros. Sin embargo, los ingresos totales se dispararon de 131,83 millones a 217,23 millones de euros. Esta diferencia entre un modesto aumento de ventas y un espectacular incremento de ingresos globales apunta directamente a una venta sustancial de activos o a ingresos extraordinarios no recurrentes. Aquí es donde uno se pregunta: ¿Dónde está el truco o la magia? Este 'engorde' de ingresos que ha catapultado la cifra de beneficio ha sido la venta de activos hoteleros en Europa.
Esta contundente mejora se ha traducido, lógicamente, en sus ratios de valoración. El PER, esa vara de medir que a muchos se les atraganta, pasa de un insostenible negativo de -37,8x en 2022 a un PER de 6,05x en 2023. Un valor de 6x es, para una compañía que ha vuelto a la senda del beneficio, no ya bajo, sino casi irrisorio en un entorno de mercado normal. Esto o sugiere que el mercado no se cree la sostenibilidad de estos beneficios extraordinarios, o que está gravemente infravalorada si estas operaciones de venta de activos se van a repetir. La Valor de Empresa (VE) sobre Ventas también baja de 2,49x a 1,83x, un signo de eficiencia, sin duda, pero que acompaña al enigma del PER.
Pero el dato que merece mayor atención es el del endeudamiento neto. De una deuda neta de 33,7 millones de euros en 2022, LS Invest AG ha pasado a una posición de caja neta de ¡-33,9 millones de euros! en 2023. Esto significa que la empresa no solo ha liquidado su deuda, sino que ha acumulado caja neta por valor de casi 34 millones. En un sector intensivo en capital como el hotelero, pasar de deber a tener en un solo ejercicio, con un aumento de ventas relativamente modesto y un beneficio impulsado por 'otros ingresos', invita a una investigación más profunda sobre el origen de esa liquidez. Claramente, esa venta de activos o ingresos extraordinarios ha sido la gasolina que ha saneado el balance y cubierto los agujeros. La clave, como siempre, está en los flujos de caja operativos y no solo en el resultado contable inflado por partidas no recurrentes.
A pesar de estas cifras espectaculares de rentabilidad y liquidez, la cotización de LS Invest AG se ha comportado con una prudencia que choca con la bonanza del balance. Sí, ha subido un 9,40% en los últimos seis meses y un 6,67% en lo que va de año, e incluso un 21,90% en un año según la tabla comparativa sectorial, lo cual no es despreciable. Pero su capitalización de 296 millones la sitúa como un actor menor en un sector dominado por gigantes.
El 99,69% de su flotante podría ser una anomalía en sí misma; casi la totalidad de sus acciones están disponibles para ser negociadas, lo que podría implicar mayor liquidez, pero también mayor volatilidad. La dirección, con Santiago de Armas Fariña presidiendo desde 2005 y Hans Vieregge como director desde 1994, aporta una pátina de veteranía, pero no siempre estabilidad. En definitiva, LS Invest AG nos presenta un caso intrigante. Un 2023 de ensueño en los números, impulsado por 'otros ingresos' que maquillan una mejora más contenida en la actividad principal. ¿Es el inicio de una era dorada basada en desinversiones puntuales o el reflejo de un ajuste contable en un año excepcional para adecentar la casa? Como siempre en este juego, el diablo, o la bendición, estará en los detalles que aún no se muestran.
