Lo de TUI en el sur de Gran Canaria ya no es ni falta de respeto: es directamente un divorcio sin pensión. El touroperador alemán más poderoso de las Islas, que antes no daba un paso sin que sonara la folía en el hall del Costa Meloneras, ha publicado la lista de los 15 mejores hoteles de Canarias y –agárrense a la hamaca– ni rastro de Lopesan. El gigante canario. El mismo que daba de comer a medio Meloneras antes de que los cruceros trajeran abuelos con calcetines y chancletas.
Y, claro, uno se pone a leer la lista y le entra la risa. Porque ahí está, encabezando, el Hotel Riu Palace Maspalomas, que es como decir el Ritz de los que vienen con pulsera. Después le sigue su hermano, el Riu Palace Meloneras, que tiene nombre de zarzuela, y el Riu Palmeras, que parece el cuñado del anterior. Todo muy teutón y muy "nur für erwachsene".
Luego viene el Santa Mónica Suites, que suena más a centro de estética de Tafira que a cinco estrellas, pero ahí está. Y bajando el top, aparecen maravillas como el Club Maspalomas Suites (que uno juraría que fue un after en los 90) y el Hotel Nayra – Adults Only, que más que hotel parece una novela rosa de Corín Tellado con aire de sauna escandinava.
De Fuerteventura se cuelan el Innside by Meliá, que nadie en Canarias sabría pronunciar sin parecer que tiene un polvorón en la boca, y el Bahiazul Villas Club, que suena a club náutico donde no dejan entrar si vas en chancletas del Primark.
De Tenerife meten el Hotel Tigaiga (más tinerfeño que el chicharro en mojo) y el Iberostar Selection Anthelia, cuyo nombre parece el de una infanta emérita que veraneaba en Garachico. Y de Lanzarote destacan el Hotel Lava Beach y el Aqua Suites, donde parece que te vas a bañar en Perrier con burbujas de aloe.
Pero, claro, ni un Lopesan. Ni el Costa Meloneras, ni el Villa del Conde, ni el Baobab. Como si los hoteles canarios de verdad, esos donde el camarero te dice “¡mi niño!” con voz de madre, no existieran. Todo muy boutique, muy premium, muy “adults only”... y nada de lo nuestro.
¿Y por qué este vacío? Pues porque Lopesan ya no se deja domar por el touroperador. Porque se ha hecho adulto y ha dicho: “yo vendo mis camas y no necesito a papá TUI que me las llene”. Y eso, en la geopolítica del turismo organizado, se paga. Esto no es un ranking, esto es un toque de atención con chubasquero y currywurst. Y lo más triste es que en Gran Canaria lo celebramos como si nos hubieran dado un premio. Como si los empresarios alemanes fueran a querernos más porque premian a hoteles que ni sabíamos que existían. A ver cuándo entendemos que sin Lopesan, sin canariedad, sin gofio y sin folclore, esto no son los mejores hoteles de Canarias. Esto es simplemente un catálogo de Booking con pretensiones.