El turismo escandinavo ha vuelto a convertirse en uno de los principales pilares de la temporada media en el sur de Gran Canaria. A lo largo del primer semestre de 2025, más de 294.000 viajeros procedentes de Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia han arribado a la isla, con una estancia media de 11,6 noches y un gasto por persona superior a los 1.700 euros, según datos de TUI Insight y Egatur. Esto supone un incremento del 9,4% en llegadas respecto al mismo periodo de 2024 y un crecimiento del 6,1% en el gasto medio.
La demanda se concentra especialmente en los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, que albergan el 91% del alojamiento turístico preferido por este segmento. En estos destinos, la ocupación hotelera para los meses de septiembre y octubre ya supera el 85%, con mayor presión en los alojamientos reformados bajo el paraguas del Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad (PMM).
Una clientela rentable y anticíclica
El perfil del visitante escandinavo es especialmente interesante para la industria turística local por su estabilidad y su baja sensibilidad al ciclo económico europeo. A pesar de las subidas de tipos de interés en el norte de Europa (4,5% en Noruega, 4% en Suecia), el turista nórdico mantiene su capacidad de gasto y una planificación adelantada de sus vacaciones: el 58% reserva con más de tres meses de antelación, lo que permite a los alojamientos canarios optimizar precios y plazas.
El mercado también se ve impulsado por una fuerte recuperación de la conectividad aérea. Norwegian, SAS, Finnair y Sunclass operan actualmente más de 30 frecuencias semanales directas entre Escandinavia y el aeropuerto de Gando, lo que supone haber recuperado el 92% de la capacidad prepandémica. Solo en la ruta Estocolmo–Gran Canaria se han confirmado cinco vuelos semanales hasta diciembre de 2025.
Inversiones hoteleras orientadas al perfil nórdico
La revalorización del cliente escandinavo ha incentivado una renovación significativa de la oferta hotelera y extrahotelera. Establecimientos como El Yate, Buganvilla o El Palmar, en Playa del Inglés, han ejecutado reformas por valor superior a 9 millones de euros, incorporando diseño escandinavo, domótica, certificaciones ambientales y servicios de bienestar. En ellos, el 42% de los huéspedes proviene de mercados nórdicos, con una tasa de repetición superior al 40% anual.
Además, el 88% de los turistas escandinavos valora de forma determinante los alojamientos eco-certificados, según datos de Visit Finland y TUI Insight. Esto está provocando un reposicionamiento competitivo, donde establecimientos medianos, de gestión familiar o independiente, están captando cuota de mercado frente a los grandes resorts masificados.
Efecto multiplicador en la economía local
El retorno del visitante nórdico se traduce también en mayor gasto en servicios y experiencias. Según datos del Cabildo de Gran Canaria, el 34% realiza senderismo organizado, el 22% participa en experiencias gastronómicas o enoturismo, y un 17% se interesa por actividades de observación astronómica, un nicho con elevado valor añadido. Esto se alinea con los objetivos de diversificación de producto turístico que promueve la Estrategia 2023–2026 del Gobierno de Canarias.
Además, la contratación de servicios culturales, guías y excursiones genera un efecto multiplicador sobre la economía local estimado en 1,7x respecto al gasto directo, según estimaciones de la Cámara de Comercio de Las Palmas.
Oportunidades y retos
Para el sector hotelero e inversor, el mercado escandinavo presenta oportunidades claras: estacionalidad compensada (especialmente fuerte entre octubre y marzo), baja presión sobre infraestructuras, alta fidelidad y predisposición a pagar por calidad y sostenibilidad.
Sin embargo, persisten retos estructurales: la falta de personal cualificado con idiomas nórdicos, la necesidad de mejorar la digitalización del check-in y la experiencia de usuario, y la urgencia de reforzar las conexiones interinsulares para extender la estancia combinada entre islas, algo cada vez más demandado por los nórdicos.
En conjunto, la recuperación y consolidación del mercado nórdico no solo refuerza el posicionamiento internacional de Gran Canaria como destino maduro, sino que demuestra que el modelo turístico basado en volumen puede transformarse hacia uno centrado en valor, sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo.