Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
Maspalomas24h
MASPALOMASMaspalomas: Un laboratorio vivo contra el cambio climático, la ciencia toca tierra

Maspalomas: Un laboratorio vivo contra el cambio climático, la ciencia toca tierra

Y. V. Maspalomas24h Miércoles, 02 de Julio de 2025

Mientras la arena de Maspalomas se tostaba bajo el sol de finales de junio, lejos del bullicio habitual, la ciencia hacía su trabajo. No en un frío laboratorio, sino en el mismísimo corazón de la Reserva Natural Especial de las Dunas: la Charca de Maspalomas. Este humedal costero, un santuario de biodiversidad y parte de la Red Natura 2000, se ha convertido, durante la semana del 24 al 27 de junio, en el banco de pruebas de una investigación crucial para entender y combatir los efectos del cambio climático.

Investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), pilares del proyecto europeo NATALIE (Nature Based Solutions for Climate Adaptation Integrated into Policies at Regional and Local Level), han desplegado un arsenal tecnológico y analítico para convertir la Charca en un auténtico "laboratorio natural". El objetivo, nada baladí: fortalecer la resiliencia climática mediante soluciones basadas en la naturaleza (NbS), con un enfoque directo en un ecosistema que ya exhibe señales de estrés.

La campaña, que contó con el apoyo fundamental de Canaragua y el Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, se centró en la medición y comprensión de la dinámica del agua subterránea, la calidad ambiental y la compleja interacción entre procesos hidrológicos y ecológicos en este delicado enclave.

La Charca de Maspalomas no es un humedal cualquiera. Es un punto de confluencia de aguas subterráneas y superficiales, flanqueado por un singular sistema dunar y hogar de una riqueza vegetal y avícola notable. Su condición de Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) bajo la Red Natura 2000 subraya su valor, pero también su extrema vulnerabilidad ante la presión turística y las alteraciones ambientales.

Es precisamente esta vulnerabilidad lo que la convierte en un caso piloto idóneo para el proyecto NATALIE, financiado por el programa Horizonte Europa. En Canarias, el proyecto fija su atención en zonas insulares sensibles como Maspalomas, para evaluar el impacto del cambio climático sobre el agua, la biodiversidad y la gestión del territorio. El profesor Juan Carlos Santamarta (ULL) y Aquatec coordinan el proyecto en las islas, con la participación destacada del hidrogeólogo Alejandro García Gil del IGME-CSIC.

Uno de los pilares de esta campaña ha sido el mantenimiento y la calibración de una red de sensores multiparamétricos. Instalados estratégicamente en sondeos del acuífero y en la propia charca, estos dispositivos registran datos cada hora sobre el nivel piezométrico, la temperatura y la conductividad del agua. Una capacidad que permite detectar en tiempo real fenómenos críticos como la intrusión salina, la recarga o las variaciones en la calidad del agua ligadas a presiones externas.

Pero la observación se extendió más allá de las mediciones automáticas. El equipo científico realizó muestreos integrados en el acuífero y la laguna. Los análisis incluyen estudios microbiológicos, la detección de contaminantes emergentes (como productos farmacéuticos y químicos no regulados), la evaluación de la presencia de microplásticos y la recogida de isótopos ambientales. Estas muestras son cruciales para entender la contaminación difusa, las interconexiones entre el agua subterránea y superficial, y el impacto acumulado de la actividad humana en un ecosistema ya frágil.

Uno de los hitos técnicos de la campaña fue la batimetría de alta resolución de la charca y sus márgenes. Utilizando ecosondas multihaz montadas en vehículos no tripulados (USV) y sensores LIDAR en drones, se ha logrado actualizar la cartografía tridimensional del humedal con una precisión inédita, incluso en áreas de difícil acceso o con densa vegetación. Esta información es vital para desarrollar modelos físicos de la laguna y anticipar su comportamiento frente a variaciones climáticas, fluctuaciones del nivel freático o cambios en el uso del suelo de su cuenca.

Los datos recopilados en esta intensiva semana permitirán a los investigadores desarrollar modelos hidrogeológicos continuos, estimar el balance hídrico de la laguna y analizar su evolución geomorfológica a lo largo del tiempo. Factores como las lluvias, el viento, la evapotranspiración y la omnipresente actividad turística serán integrados para proponer una gestión más adaptativa del espacio.

"Esta campaña representa un esfuerzo sin precedentes para conocer en detalle el funcionamiento del sistema acuífero-costero de Maspalomas", explica Juan Carlos Santamarta, de la Universidad de La Laguna. "Hemos logrado integrar tecnologías avanzadas, análisis hidroquímicos y parámetros ambientales clave en un solo marco de observación continua", añade.

Por su parte, Alejandro García Gil, del IGME-CSIC, subraya la interdependencia del ecosistema: "La dinámica de la Charca de Maspalomas no puede entenderse sin el estudio detallado del acuífero costero que la alimenta. La presión turística, la sobreexplotación y el cambio climático exigen una estrategia de conservación que tenga en cuenta el comportamiento del agua subterránea, apoyada en datos de alta resolución y modelos científicos rigurosos".

Con esta ambiciosa campaña, la Charca de Maspalomas no solo se protege a sí misma, sino que se consolida como un caso piloto de referencia internacional para la adaptación al cambio climático en humedales insulares. Ofrece una base científica sólida para futuras estrategias de conservación, confirmando que, para asegurar el mañana de nuestro patrimonio natural, la ciencia rigurosa es la única hoja de ruta posible.

Más contenido

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.