El sur de Gran Canaria, no son solo un paraíso de sol y playa. Bajo el brillo de Maspalomas, Playa del Inglés y Mogán, se está gestando una revolución silenciosa que está inyectando millones de euros a la economía local. No es el turismo de siempre, no. Es la simbiosis perfecta entre el descanso y la pantalla de un casino online. Los datos, tozudos como son, lo demuestran.
Solo en el primer trimestre de 2025, el archipiélago recibió 4,4 millones de visitantes, de los cuales un robusto 31% venía directamente del Reino Unido. ¿El resultado? 2.100 millones de euros en ingresos. Una parte de ese caudal, la más visible, riega hoteles, restaurantes y comercios. Pero hay otra parte, una que crece sin parar y de forma discreta, que va directamente a las arcas de los casinos online, informa Canarian Weekly. Los sitios de apuestas disponibles en Canarias ofrecen una variedad de juegos mucho mayor que los casinos con licencia de la UKGC (Comisión de Juego del Reino Unido). Hablamos de miles de tragamonedas, juegos de mesa y experiencias con crupier en vivo de proveedores líderes como NetEnt, Microgaming, Evolution Gaming, Nolimit City o Pragmatic Play. Muchos de estos títulos simplemente no están disponibles en el Reino Unido.
Bonificaciones por depósito del 300% o incluso el 500% hasta 3.000 euros, con cientos de giros gratis, no son una fantasía. Es un gancho irresistible para quien busca maximizar su tiempo de ocio. Muchos de estos casinos destacan juegos con altos porcentajes de retorno al jugador (RTP), como el popular Mega Joker (99%) o Blood Suckers (98%). Y en un giro que demuestra la adaptación al nuevo cliente, la mayoría ya acepta una amplia gama de métodos de pago internacionales, incluyendo monederos electrónicos, tarjetas de crédito principales y, cada vez más, criptomonedas como Bitcoin, Ethereum, Binance Coin, Litecoin y Tether.
En el corazón del sur grancanario, en el bullicio de Maspalomas y la vitalidad de Playa del Inglés, se está desarrollando un fenómeno fascinante. Según datos recientes, un asombroso 42% de los visitantes británicos disfrutan jugando en casinos online mientras están de vacaciones. Imaginen: tras un día bajo el sol, en lugar de ir a los locales tradicionales, muchos de ellos se conectan desde sus alojamientos. ¿Las razones? Lógicas, y muy ventajosas para el negocio:
La 'cultura nocturna' de la zona sigue atrayendo, pero la posibilidad de acceder a miles de títulos de entretenimiento desde el móvil, sin salir del hotel o el bungalow en Meloneras, es un atractivo insuperable. A diferencia de muchos otros destinos, aquí en Canarias, incluyendo Mogán y el resto del sur, presumimos de una conexión a internet de alta velocidad. Esto es oro puro para la fluidez y la experiencia de usuario en las plataformas de juego online.
Para muchos británicos, acceder a plataformas de juego que conocen, y que además operan fuera de las estrictas regulaciones de su país (como el sistema GamStop, al que no están sujetos aquí), les proporciona una sensación de libertad y familiaridad. Es el juego "como en casa", pero con menos ataduras legales.
Aquí está el secreto a voces, la ventaja competitiva que pocos quieren poner sobre la mesa. El juego en Canarias se rige por la normativa española, la DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego). Y si bien esta regulación es clara y exige el cumplimiento de normas estrictas, como la verificación de edad —un punto que, por cierto, sigue generando preocupación en cuanto a los riesgos para menores, especialmente en zonas tan turísticas—, la realidad es que Canarias no tiene normativas locales excesivamente severas o restrictivas, como sí ocurre en otros destinos o en el Reino Unido. Esto crea un "punto dulce regulador" que atrae a los jugadores.
Este aumento del número de turistas británicos que utilizan sitios de apuestas no es una anomalía, ni mucho menos. Es la nueva realidad del turismo de masas que España, y por ende el sur de Gran Canaria, ha sabido abrazar, aunque de forma implícita. Los ingresos generados por este sector, que se inyectan en la economía local, permiten al país "mejorar sus recursos y redes". Mientras se discute la posibilidad de un impuesto turístico en Canarias para reinvertir en infraestructuras, la realidad es que ya estamos viendo los frutos de esta nueva vertiente del ocio. La legislación nacional española establece unos niveles básicos de seguridad en el juego, y las normas locales, al no ser excesivamente severas, permiten actividades más libres. Este binomio, quizás inesperado para algunos, demuestra que el atractivo de Maspalomas, Playa del Inglés y Mogán va más allá de sus playas. Es también un refugio digital donde el turista británico encuentra libertad y una oferta de entretenimiento que, en su propio país, le está vedada. La caja, la caja de los millones, ya lo está notando.