Hace unas semanas se supo una condena que pone en alerta al sector de la hostelería. Un instalador de redes fue sentenciado por ofrecer acceso a partidos de fútbol sin contar con los derechos legales de emisión. El acusado había creado una página web falsa, simulando ser proveedor autorizado, y distribuía una señal con apariencia legal que en realidad se apoyaba en dispositivos IPTV conectados a servidores ilegales.

El procedimiento reveló una operativa bien orquestada: los bares contrataban a una empresa para la instalación de fibra óptica en sus locales, y al preguntar por la posibilidad de emitir partidos de fútbol, el instalador ofrecía una solución aparentemente legítima. Como la empresa contratada no disponía de los derechos para comercializar contenidos deportivos, el acusado proporcionaba un acceso fraudulento a las retransmisiones.

Tras una investigación policial, se identificaron nueve establecimientos de hostelería que habían contratado este servicio ilegal, todos ellos creyendo estar dentro de la legalidad.

Lo más llamativo es que estos bares habían firmado contratos con una sociedad cuyos datos eran auténticos: un taller de recambios de vehículos, completamente ajeno al negocio de los derechos de retransmisión. Esta sociedad fue utilizada sin el conocimiento ni consentimiento de su titular.

El pasado 20 de mayo de 2025, el instalador reconoció los hechos y aceptó la pena solicitada por la Fiscalía y por la acusación particular de LA LIGA, además de comprometerse al pago de una indemnización de 3.000 euros al organismo deportivo.

Aunque los bares implicados no fueron condenados, sí se vieron involucrados en el procedimiento judicial como testigos: tuvieron que acudir a declarar, aportar documentación sobre cómo contrataron el servicio, e incluso podrían haber tenido que comparecer nuevamente si el caso hubiese llegado a juicio.

Un consejo legal: no te fíes solo de la apariencia

Este caso demuestra que la apariencia de legalidad no basta. Una factura, una señal que funciona o una web profesional no garantizan que el proveedor esté autorizado. Muchos fraudes se sustentan en una imagen de legitimidad cuidadosamente construida.

Emitir partidos de fútbol en locales públicos —ya sean de LaLiga, la Premier League o la Bundesliga— requiere licencias específicas. Usar sistemas IPTV no autorizados puede suponer infracciones penales, sanciones económicas y pérdida de reputación empresarial.