Turismo de Gran Canaria presenta este martes una jornada profesional destinada a analizar las claves, estrategias y oportunidades que ofrecen los mercados nórdico y báltico, mercados de importancia estratégica para la isla. Se trata de una cita abierta a los profesionales del sector en la que los técnicos de la entidad realizarán un análisis de la situación y actualidad de estos mercados para reforzar la competitividad del destino y abrir nuevas oportunidades de negocio.
Desde los cuarteles generales de los grandes operadores, la vista se fija en el sur de Gran Canaria. El cielo. Los aviones. Los nórdicos. Los bálticos. Los números son la única verdad. El Aeropuerto de Gran Canaria es el embudo, el único destino para todos estos vuelos. La conectividad aérea es la sangre que corre por la isla. El invierno de 2024-2025 vio cómo las plazas aéreas desde el Norte a Gran Canaria subieron un 15%. Una apuesta de los operadores, TUI entre ellos. Creyeron. Pero el crecimiento no es para siempre. Las luces de Excelcan ya parpadean: estancamiento en 2025, quizás un leve descenso en 2026. El golpe blando. El crecimiento furioso, el de la recuperación, se ha ido.
Las aerolíneas son los soldados. TUI Airlines Nordic es un pilar, con sus Boeing 737 y Airbus A321, llevando entre 180 y 220 almas desde Copenhague, Gotemburgo, Estocolmo, Malmö, Umeå, Kirunas. Varios vuelos a la semana. Se espera que se mantenga, o que baje un poco si la gente no gasta. Norwegian Air Sweden, con sus 737NG, unos 180 pasajeros, vuela estacionalmente, de uno a tres veces por semana desde Estocolmo, Oslo, Gotemburgo. Podría estabilizarse en 2025. Scandinavian Airlines (SAS), con sus A321 y A320, unos 200 pasajeros, ofrece de dos a cuatro vuelos semanales desde Estocolmo, Oslo, Copenhague, Kristiansand, Kristiansund. Mantendrá el tipo, pero podría ajustar la fuerza.
Desde los Bálticos, AirBaltic ha sido rápida. Sus A220-371, unos 145 pasajeros. Tiene una base aquí. Desde Tallin, un vuelo semanal. Y lo nuevo: a Molde, Noruega, desde octubre de 2025, un vuelo cada siete días. Crecimiento controlado. Sunclass Airlines y Jet Time A/S, con sus A320, A330 y 737, de 180 a 300 pasajeros, traen gente desde Helsinki, Kuopio, Oulu, Tampere, Vaasa, y otros puntos de Suecia y Noruega. Uno o dos vuelos semanales. Se mantendrán, pero las rutas menos rentables podrían caer.
Los aeropuertos de origen son muchos. Desde Suecia: Estocolmo-Arlanda, Gotemburgo-Landvetter, Malmö, Norrköping, Örebro, Umeå. Desde Dinamarca: Copenhague. Desde Noruega: Oslo-Gardermoen, Kristiansand, Kristiansund, Molde (nueva ruta en oct 2025), Bodo, Haugesund, Narvik, Stavanger, Sandefjord-Torp. Desde Finlandia: Helsinki-Vantaa, Kuopio, Oulu, Tampere, Turku, Vaasa. Islandia no tiene directos. De los Bálticos: solo Tallin, en Estonia. Letonia y Lituania, sin rutas confirmadas.
Los turoperadores son los que mueven los hilos. TUI manda. Pero Ving, Apollo, Solresor, y Kuoni, luchan por cada cliente, por cada habitación en el sur. La economía de sus países es el viento que hincha las velas o las deshincha. En Finlandia, que sirve de espejo para los otros nórdicos y bálticos, el PIB real fue negativo en 2024 (-0.1%), pero se espera que crezca, un +0.7% a +1.0% en 2025, y +1.1% a +1.5% en 2026. La inflación se mantiene baja: 1.0% a 1.7% en 2024, subiendo un poco a 1.7% a 1.9% en 2025, para luego calmarse. El desempleo es alto, del 8.4% al 9.5% en 2024, y se mantendrá así en 2025. Eso afecta el ánimo. La renta disponible sube, los salarios reales se recuperan. Bien. Los tipos de cambio son estables: un euro a 11 coronas suecas y noruegas, 7.5 danesas, 11.5 islandesas. Esto es bueno para que el viaje no sea más caro.
Aun así, el gasto en viajes y ocio en Finlandia mostró un crecimiento del +10% en el gasto turístico extranjero en 2024, aunque el turismo interno fue débil. El consumidor es cauto. El alto desempleo limita la alegría del bolsillo. La demanda turística se estabilizará o bajará un poco en 2025-2026. Cada vuelo, cada asiento, debe ser rentable. La estrategia desde Gran Canaria es clara: mantener esas conexiones directas desde los muchos aeropuertos nórdicos. El sur de Gran Canaria es un imán, pero el juego es fino. El dinero es limitado. La batalla por cada euro se libra en el cielo, y se gana con la precisión.