Bajo las aguas cristalinas de Anfi Beach, uno de los destinos más populares del sur de Gran Canaria, se esconde una amenaza silenciosa: los microplásticos ya están presentes en los organismos marinos que habitan su litoral. Así lo revela una investigación pionera del Instituto Universitario ECOAQUA de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que ha detectado restos de plástico en el estómago del 67% de los cangrejos Cronius ruber recolectados en esta playa.
Este hallazgo sitúa a Anfi del Mar como el enclave con mayor nivel de contaminación por microplásticos entre las cuatro playas estudiadas: El Puertillo, La Laja, Playa de Las Nieves y Anfi Beach. La especie analizada, el cangrejo nadador rojo (Cronius ruber), es una invasora introducida en Canarias en 2016 y ha sido detectada consumiendo partículas plásticas en su entorno.
Un enemigo microscópico: fibras textiles en el estómago
El estudio, publicado en la revista científica Animals, ha identificado que la mayoría de los microplásticos ingeridos eran fibras textiles, con un tamaño medio de entre 0,5 y 0,7 milímetros. El rayón —utilizado comúnmente en prendas de vestir— fue el polímero más frecuente, seguido de polipropileno, acrílico, nylon y poliéster. El 89% de las partículas analizadas eran fibras azules o negras, procedentes principalmente del lavado doméstico de ropa.
Los investigadores alertan de una correlación directa entre los niveles de contaminación y la proximidad a vertidos de aguas residuales no autorizados. En el caso de Anfi Beach, se apunta a esta como una posible causa de la elevada presencia de microplásticos en los ejemplares analizados.
Impacto en la cadena alimentaria marina
El grupo de investigación EOMAR, responsable del trabajo, advierte del impacto potencial en toda la red trófica marina. Estos cangrejos se alimentan de moluscos, peces e invertebrados, lo que podría suponer una transferencia de microplásticos a otros niveles de la cadena alimenticia, con consecuencias aún desconocidas para la salud de los ecosistemas marinos y, eventualmente, para el ser humano.
"La presencia de microplásticos en una especie invasora plantea interrogantes sobre su papel como vector de contaminantes”, explica la investigadora Sofía Huelbes, autora principal del estudio.
El caso de Anfi: el paraíso turístico bajo presión
La belleza de Anfi Beach, famosa por su arena blanca importada del Caribe y su laguna artificial, contrasta con este nuevo dato científico que convierte al lugar en un punto caliente de contaminación marina en el sur de Gran Canaria. Si bien es uno de los rincones más cuidados y visitados de la isla, este informe plantea la necesidad de revisar los sistemas de vertido y control de aguas residuales, así como la gestión del turismo sostenible.
Los investigadores utilizaron métodos avanzados como digestión alcalina, filtración y microespectroscopía FTIR para detectar y clasificar los plásticos, dentro del marco del proyecto ASTRESS, liderado por la investigadora Alicia Herrera, que estudia el impacto acumulado de contaminantes humanos como plásticos, químicos y ruido sobre organismos clave como el zooplancton y el suprabentos.
Una llamada urgente al control de vertidos y al uso responsable de textiles
La investigación incide en un problema de raíz: el uso masivo de fibras sintéticas y la falta de filtros eficaces en lavadoras y estaciones de tratamiento de aguas residuales. “Una sola colada puede liberar más de 700.000 microfibras que acaban en el mar”, recuerda el equipo científico.
El informe de la ULPGC es más que una advertencia. Es una llamada de atención para autoridades, turistas, vecinos y empresas en el sur de Gran Canaria. Anfi Beach sigue siendo un emblema del paraíso vacacional canario, pero su fondo marino empieza a contar otra historia. Una historia de fibras invisibles, de contaminación silenciosa y de especies que, aunque invasoras, nos hablan de un problema que ya nos afecta a todos.