Martes, 21 de Octubre de 2025
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TURISMOComparamos los salarios en Maspalomas con los de otros destinos de sol y playa de Europa

Comparamos los salarios en Maspalomas con los de otros destinos de sol y playa de Europa

Y.V. Maspalomas24h Viernes, 11 de Julio de 2025

Los salarios turísticos en Maspalomas (1.350-1.550 euros brutos al mes) se sitúan en una franja lógica para un destino especializado en sol y playa, muy similar al de otras regiones con un modelo económico equivalente. En el Algarve portugués rondan los 1.200 €, en las islas griegas unos 1.100 euros, y en Malta en torno a 1.500 euros. Ninguno de estos destinos destaca por su industria tecnológica o servicios avanzados; todos dependen del clima, la estacionalidad y el volumen, por lo que los sueldos reflejan exactamente lo que se produce: descanso y ocio a gran escala, no valor añadido industrial.

Para entender por qué un camarero en Maspalomas vive mejor de lo que las frías estadísticas peninsulares sugieren, hay que mirar al Impuesto General Indirecto Canario (IGIC). Un irrisorio 7%. Comparen esa cifra con el 21% del IVA que atenaza a la Península, a Malta, al Algarve, a las islas griegas. Esa diferencia, que no es un capricho, sino una concesión histórica, se traduce directamente en que lo que se mete en el bolsillo tiene un valor real distinto, un poder de compra que ya quisieran en otros lares. Un euro, aquí, estira más. Esa es la verdad sin adornos.

Para desgranar esta realidad, echemos un vistazo a los números, que son los que al final del día pagan las facturas: El salario medio en el sector turístico español anda por los 1.700 euros mensuales. En Canarias, Maspalomas, por su continuidad operativa, se sitúa en la parte alta de esa horquilla. Esos 1.700 euros, bajo la égida del IGIC al 7%, son, en términos de cesta de la compra, significativamente más gordos que en cualquier destino con el IVA disparado. El currante de Maspalomas, simplemente, compra más con lo mismo.

Ahora, miremos a la competencia, a esos paraísos de sol y playa que, bajo la lupa, no lo son tanto: Malta: El salario mínimo es de 961 euros al mes. En el sector turístico, los sueldos se mueven entre los 557 y los 1.701 euros brutos mensuales. Pero, ¡ay!, con un IVA del 21% y un coste de vida en la isla que no da tregua, esos 1.500 euros, por ejemplo, se quedan en mucho menos de lo que parecen. La voracidad fiscal se come el poder adquisitivo.

Algarve (Portugal): Con un salario mínimo de 870 euros al mes, y sueldos en turismo entre 801 y 2.202 euros mensuales, el Algarve se presenta como una opción "asequible". Pero la realidad es que el IVA general del 23% muerde a los bolsillos del consumidor. El dinero se evapora antes de llegar a la cuenta del tendero.

Destinos de Playa de Grecia: El salario mínimo sube a 880 euros brutos al mes. Los salarios turísticos oscilan entre 517 y 1.549 euros mensuales. Y el IVA, un asfixiante 24%. A esto se suma una estacionalidad brutal que condena a muchos a la precariedad la mayor parte del año. Esos sueldos nominales son, en la práctica, un chiste cruel para la vida real.

El coste de vida, y no el sueldo nominal, es la verdadera piedra de toque. Que Portugal sea "accesible" con 1.200 euros al mes para una persona sola es una verdad a medias, pues ese dinero vuela con los impuestos. En cambio, en Canarias, esos mismos 1.200 euros rinden mucho más, y el clima, que no paga impuestos, permite un ahorro considerable en calefacción o vestimenta.

La estacionalidad, ese fantasma que persigue a muchos destinos, aquí apenas se siente. El lujo de tener turismo los 365 días del año, junto a la ausencia de grandes industrias que compitan por la mano de obra, permite que los salarios en el sector turístico de Maspalomas no solo sean consistentes, sino que, en términos de poder de compra, se codeen con los más altos de Europa para un perfil de trabajador de sol y playa.

La conclusión es clara y directa. Mientras otros se debaten entre la estacionalidad, la voracidad fiscal y la competencia de sectores más "nobles", Maspalomas, por la fuerza de su monocultivo turístico ininterrumpido y la bendición del IGIC al 7%, ofrece a sus trabajadores del sector del sol y playa uno de los salarios con mayor poder adquisitivo real de toda la Unión Europea. No es una utopía, es la fría y calculada realidad de una economía que, con sus particularidades, ha sabido jugar sus cartas en el tablero internacional. Y el que no lo vea, es porque no quiere ver la verdad que los números, despojados de la retórica, gritan sin ambages.

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