Cada diciembre, la expectación crece en Maspalomas ante la tradicional celebración de las campanadas de fin de año, un evento que reúne a locales y visitantes para despedir el año con música, fuegos artificiales y ambiente festivo. Sin embargo, en los últimos años, esta emblemática cita ha corrido peligro de desaparecer o verse mermada, generando preocupación entre los ciudadanos y el sector turístico.
La incertidumbre vuelve a asomar para las campanadas de 2026. Pese a ser una de las fechas más importantes del calendario festivo y un reclamo para el turismo de invierno, Maspalomas no ha confirmado aún un programa oficial con eventos y retransmisiones televisivas, como sí ocurre en otras localidades del archipiélago. Fuentes municipales apuntan a problemas de financiación y a la falta de patrocinadores como las principales causas de esta situación.
La posible pérdida de las campanadas afecta no solo al ambiente festivo sino también al tejido económico local. Hoteles, restaurantes y comercios de la zona dependen de la afluencia de visitantes atraídos por esta celebración, que además pone en valor la imagen de Maspalomas como destino turístico que vive todo el año.
Por otro lado, asociaciones vecinales y culturales reclaman una mayor implicación del Ayuntamiento y de los agentes privados para garantizar la continuidad de la fiesta, que para muchos es un símbolo de identidad y un momento de encuentro comunitario.
El tiempo corre y la pregunta se repite: ¿perderá Maspalomas una vez más sus campanadas de fin de año? Para quienes valoran esta tradición, el deseo es claro: que las campanadas sigan sonando con fuerza en el corazón del sur de Gran Canaria, marcando el inicio de un nuevo ciclo con esperanza y celebración.