Maspalomas y su entorno no solo brillan bajo el sol del turismo: también lo hacen en los despachos de inversores internacionales. El mercado hotelero del sur de Gran Canaria, impulsado por destinos como Meloneras, Playa del Inglés o San Agustín, vive uno de sus momentos de mayor dinamismo. Según el informe semestral de Colliers sobre inversión hotelera en España, Canarias lidera con claridad el ranking nacional, acumulando 648 millones de euros en operaciones en lo que va de 2025, el 37 % del total nacional, superando incluso a grandes capitales como Madrid o Barcelona.
El dato más llamativo es el precio: el precio medio por habitación transaccionada en España se ha situado en 188.600 euros, una cifra que, según fuentes del sector, es aún más elevada en el caso de los establecimientos de 4 y 5 estrellas del sur de Gran Canaria, donde la ubicación, las vistas y la capacidad de atracción internacional disparan el valor de mercado. En zonas como Maspalomas o Meloneras, algunos activos hoteleros superan los 250.000 euros por habitación en operaciones recientes, especialmente en complejos con alta rentabilidad o potencial de reposicionamiento en el segmento lujo.
Esta tendencia refleja el creciente apetito de los fondos de inversión y grandes cadenas por posicionarse en destinos maduros pero en constante transformación. El éxito del modelo turístico de sol y playa en combinación con un calendario de eventos permanente y una planta alojativa en proceso de modernización ha convertido al sur de Gran Canaria en una pieza codiciada dentro del mapa inversor europeo. Colliers señala que el 63 % de la inversión hotelera nacional se ha dirigido al segmento vacacional, una cifra que devuelve el liderazgo al turismo de costa tras el breve paréntesis urbano de 2024.
Aunque el gran golpe de efecto en el semestre fue la venta del Mare Nostrum Resort en Tenerife —una operación de 430 millones de euros que representa el 24 % del volumen total en España—, Gran Canaria acapara decenas de operaciones de menor escala, pero alto valor añadido, especialmente en zonas como Playa del Inglés, donde la reconversión de antiguos apartamentos en hoteles boutique o complejos lifestyle sigue al alza. También se detecta un creciente interés en suelo para desarrollos hoteleros, con precios por metro cuadrado en zonas turísticas que superan los 3.000 euros en parcelas clave.
Además de atraer capital extranjero, el auge de la inversión hotelera tiene efectos directos sobre la economía local. El turismo representa ya cerca del 35 % del PIB insular y el 40 % del empleo directo e indirecto en municipios como San Bartolomé de Tirajana. La presión inmobiliaria, sin embargo, también plantea retos: el alza de precios en la vivienda residencial, el desequilibrio entre vivienda vacacional y habitual, y la escasez de suelo disponible para usos mixtos. La creciente concentración de recursos en el segmento hotelero obliga a repensar el equilibrio territorial y el modelo de desarrollo para los próximos años.
Con una segunda mitad de año que promete nuevas operaciones por valor de más de 2.000 millones de euros a nivel nacional, todo indica que España superará de nuevo la barrera de los 3.000 millones de inversión hotelera en 2025. Y si la tendencia se mantiene, Canarias —y en especial el sur de Gran Canaria— continuará como la joya de la corona de ese mapa financiero, donde cada habitación no solo se alquila por noche, sino que se cotiza como activo estratégico en un tablero inmobiliario global.