Miércoles, 24 de Septiembre de 2025
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MASPALOMASEl aliento eléctrico en Maspalomas: Cómo está el precio de la luz en el sur de Gran Canaria

El aliento eléctrico en Maspalomas: Cómo está el precio de la luz en el sur de Gran Canaria

Y. V. MASPALOMAS24H Sábado, 26 de Julio de 2025

Este jueves, el reloj invisible del kilovatio hora volverá a tejer su sutil telaraña sobre el sur de Gran Canaria. No es solo un número frío en una factura, sino la respiración misma de la modernidad, una danza de precios que, con una cadencia casi mística, dictará cuándo es más prudente enchufar la vida, y cuándo, por el contrario, la luz se convierte en un tributo descarado. La Isla duerme, o finge hacerlo, mientras las cifras de Red Eléctrica de España, como un oráculo impasible, ya revelan el coste de cada parpadeo, de cada vatio consumido. Un juego de ajedrez donde el peón más humilde, el ciudadano, intenta sortear el jaque del gasto.

Cuando los primeros gallos aún dudan en cantar, entre las 00:00 y las 01:00 h, la energía mantiene un coste de 0.13709 €/kWh. Es la tarifa de la penumbra, de los insomnes y de aquellas máquinas programadas para trabajar en la soledad. Un leve descenso nos concede una tregua mínima en la hora más honda de la noche, de 03:00 a 04:00 h, cuando el precio se desliza hasta los 0.11106 €/kWh. Es el susurro más íntimo del día, la promesa de que, incluso en la oscuridad, hay un resquicio para el alivio.

Pero el espejismo dura poco. Con las primeras luces del alba, a partir de las 06:00 h, la vida se despereza, y con ella, el kilovatio se encarece hasta los 0.14328 €/kWh. La mañana se instala en una meseta testaruda, con precios que rondan los 0.13 euros/kWh, un coste constante que acompaña la rutina del primer café, el trajín de las oficinas y el bullicio incipiente de las calles. Es la factura de la productividad, el peaje de la jornada que arranca.

Sin embargo, el mediodía trae consigo un soplo de aire fresco, una ventana casi obscena de oportunidad para el estratega sagaz. A partir de las 13:00 h, el precio se desploma con una generosidad que roza lo milagroso, cayendo a 0.07071 €/kWh. Pero la verdadera joya del día, el tesoro escondido para el bolsillo, se desvela en el corazón de la tarde. De 14:00 a 17:00 h, se concentra el tramo de tres horas más bajo, alcanzando su punto más dulce y tentador entre las 16:00 y las 17:00 h, con un irrisorio 0.06538 €/kWh. Este es el instante, la hora dorada, de programar cada electrodoméstico voraz, de aprovechar esa siesta energética que el mercado concede antes de volver a reclamar su tributo. Una astucia que pocos dominan, una rebeldía silenciosa contra el sistema.

Pero el idilio, como todo lo bueno, es efímero. Con el sol despidiéndose, la curva de precios inicia su inevitable ascenso, con una voracidad que se antoja casi cruel. A partir de las 17:00 h, la demanda se dispara, y el kilovatio hora muestra su cara más exigente. De 18:00 a 19:00 h, el coste asciende a 0.16784 €/kWh, una escalada implacable hacia la hora más amarga del día. El pico, ese Everest de la factura, se conquista entre las 20:00 y 21:00 h, cuando la cifra se dispara hasta un escalofriante 0.23436 €/kWh. Es el peaje de la vida familiar, de la cena compartida, de las luces que se encienden para vencer a la oscuridad, el precio de la comodidad y el descanso tras la batalla diaria.

El resto de la noche se mantiene en una cota elevada, aunque con un leve suspiro de alivio tras el punto álgido, rondando los 0.16854 €/kWh (21:00-22:00 h) y los 0.14868 €/kWh (22:00-23:00 h). Es el coste residual de la quietud, la tarifa de la conciencia que se apaga poco a poco, consumiéndose al ritmo de la propia luz.

Así se desvela la partitura eléctrica para este jueves, un pentagrama de cifras que esconde la esencia misma de nuestros hábitos, de nuestra lucha por la supervivencia económica en el laberinto de la modernidad. La media del día, 0.13132 €/kWh, es solo una cifra, un promedio que esconde la dramática dicotomía entre la voracidad nocturna y la oportunidad silenciosa de la tarde. No son meros datos; son la llamada a una pequeña revolución doméstica, una invitación a la astucia en un mundo donde hasta la luz tiene su precio, su sombra, y su sutil dictado. Los orígenes de esta energía, su genealogía renovable o no renovable, se difuminan en datos de hace dos días, una verdad siempre escurridiza, siempre un paso por detrás del presente que se consume.

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