Sábado, 01 de Noviembre de 2025
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GRAN CANARIALa comunidad marroquí del sur de Gran Canaria se vuelca con el Día del Trono en Las Palmas

La comunidad marroquí del sur de Gran Canaria se vuelca con el Día del Trono en Las Palmas

Y. V. Maspalomas24h Jueves, 31 de Julio de 2025

En la tarde cálida del 30 de julio, Las Palmas de Gran Canaria se convirtió en un pequeño Rabat atlántico. Con banderas rojas ondeando al ritmo del alisado viento costero y trajes tradicionales resplandeciendo entre los asistentes, la comunidad marroquí afincada en el sur de la isla —especialmente en los municipios de San Bartolomé de Tirajana, Mogán y Santa Lucía de Tirajana— acudió con solemnidad, orgullo y sentido de pertenencia al acto oficial del Día del Trono organizado por el Consulado General de Marruecos.

 

“El rey está en nuestro corazón y Canarias es nuestro presente”, dijo emocionado Mohammed Benali, un veterano trabajador hotelero afincado en El Tablero desde hace 20 años. Como él, muchos asistentes ven en este acto una reafirmación de su identidad híbrida, tejida entre la nostalgia del Rif o Casablanca y la rutina soleada de Maspalomas o Puerto Rico.

 

El delegado del Gobierno central en las Islas, Anselmo Pestana, dijo que la comunidad marroquí aporta riqueza y tiene una gran estabilidad y alabó la cohesión del país bajo el reinado del monarca Mohamed VI.

 

La ceremonia, que conmemora la entronización del rey Mohamed VI, congregó a autoridades civiles y militares, empresarios, académicos y representantes religiosos, pero lo más significativo fue la presencia de decenas de familias marroquíes llegadas en guaguas desde Playa del Inglés, El Tablero y Arguineguín. La convocatoria no fue sólo institucional: fue también emocional. Para muchos, este 30 de julio no era una efeméride más, sino un puente simbólico entre el Marruecos que dejaron y el archipiélago donde echan raíces.

 

En un salón decorado con alfombras artesanales, datileras ornamentales y retratos del monarca, resonaron los discursos protocolarios del cónsul, los cánticos patrióticos y una cuidada exhibición musical con oud y darbouka. No faltaron tampoco los dulces tradicionales —chebakia, briwats, dátiles y té a la menta servido en bandejas labradas— que sellaron la velada con hospitalidad magrebí.

 

Un gesto político sin estridencias pero con intención: refleja la creciente relevancia del sur grancanario como nuevo eje demográfico y económico de la migración marroquí en Canarias. Según fuentes diplomáticas, más del 60% de la población marroquí censada en la provincia reside ya en el sur de Gran Canaria, y su rol en sectores clave como la hostelería, la agricultura y la construcción es tan visible como subestimado.

 

El Día del Trono fue también una demostración de diplomacia social. Se acercaron concejales, representantes de sindicatos, asociaciones vecinales y empresarios turísticos. Marruecos no pierde de vista que sus ciudadanos, aun en el extranjero, son un activo geopolítico y cultural. Lo saben también los dirigentes canarios que entienden que el futuro de la convivencia pasa por reconocer la pluralidad de una isla cada vez más diversa.

 

Canarias y Marruecos siguen a menudo separadas por tensiones políticas, diferencias pesqueras o debates sobre las aguas territoriales. Pero en días como este, lo que emerge es otro relato: el de la comunidad, el del respeto mutuo, el del Atlántico como lazo y no como frontera.

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