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TURISMOEl espejismo financiero del turismo del sur de Gran Canaria

El espejismo financiero del turismo del sur de Gran Canaria

Gara Hernández - Maspalomas24h Miércoles, 06 de Agosto de 2025

No mide la emoción, sino la ausencia de queja, la aceptación resignada de un servicio. Un reciente informe de Mabrian compara el rendimiento del sector hotelero de Gran Canaria con el de sus principales competidores: Tenerife, Mallorca y la región turca de Antalya. El análisis se centra en la estimación de precios y el índice de satisfacción de los clientes, revelando un posicionamiento diferenciado para cada destino de cara a la temporada alta.

La vida, ya se sabe, es una contabilidad, un baile macabro de cifras que pretenden explicar el alma humana, y el turismo no podía ser menos, que al fin y al cabo es la transacción por antonomasia. He aquí un informe, tan aséptico como un quirófano, que nos habla de precios y de satisfacciones, como si la felicidad pudiese medirse con una regla y la belleza de una isla con el precio de una habitación. Y en este juego de espejos donde la verdad se esconde tras un índice, Gran Canaria se nos presenta como lo que es, una mercancía más en el escaparate del sol, peleando por un nicho en un mercado sin alma.

El informe nos pone en la mesa los precios, esos números que deciden el destino de las vacaciones. Vemos a Gran Canaria, con sus quinientos y pico euros por una noche de fin de semana en un cinco estrellas, como si la calidad fuera un axioma del que no se puede escapar. Pero luego está Mallorca, la hermana rica de la Península, que cobra aún más, como si su simple nombre justificara un precio que roza la usura. Y a lo lejos, el espejismo turco de Antalya, que nos ofrece el mismo cielo azul y las mismas piscinas por un precio que parece una burla, una trampa para los que creen que el lujo es un derecho. El precio medio mínimo, dicen, como si el viajero de verdad buscase el mínimo y no, precisamente, una buena vida.

Pero lo verdaderamente fascinante es ese índice de satisfacción, ese intento desesperado por cuantificar la alegría. Un 78,7 para los hoteles de cinco estrellas en Gran Canaria, un 77,2 para los de Tenerife, y un 83,1 para los de Antalya. Son los números de la conformidad, de los que encontraron la piscina a la temperatura correcta y el buffet bien surtido. Se nos dice que el índice se calcula mediante un "análisis semántico", como si una máquina pudiera entender el cansancio, la decepción o la dicha verdadera de un ser humano. 

Mallorca, con sus 59,3 en los tres estrellas, nos recuerda que a veces el turista exige menos y, sorprendentemente, se queja más. La satisfacción no es una cifra, es el silencio de la vida, el que no se ve en los informes, el que ocurre lejos del ruido de los datos, cuando uno se da cuenta de que el mar no tiene precio.

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