El sur de Gran Canaria, epicentro del turismo interior en el archipiélago, afronta un creciente reto ambiental derivado de la gestión de residuos. Solo en Maspalomas, uno de los destinos más emblemáticos de la isla, se generan cada semana más de 20.000 kilos de basura atribuibles exclusivamente a la actividad turística de mercado interior, es decir, canarios.
Según los datos oficiales de generación per cápita de residuos en Canarias, cada residente produce una media de 5,7 kilos de basura por semana. Sin embargo, el impacto de los visitantes extranjeros es aún mayor.
Los turistas alemanes, que representan el 40% del turismo extranjero en la zona, generan alrededor de 6,5 kilos por persona y semana, mientras que los británicos, con un 35% de cuota, producen unos 6 kilos semanales.
Con una afluencia media semanal de unos 3.700 turistas isleños, la suma de residuos alcanza más de 15.400 kilos solo entre ambos grupos, sin contar otros visitantes internacionales ni nacionales. Esta cifra supone un volumen considerable que pone presión sobre las infraestructuras locales de recogida y reciclaje.
El problema más visible es la proliferación de plásticos de un solo uso y envases desechables que, junto a los residuos alimentarios, conforman el grueso de la basura turística. Las autoridades municipales y el Cabildo de Gran Canaria están impulsando campañas de sensibilización para fomentar la reducción y el reciclaje, además de incrementar la instalación de contenedores especializados en zonas turísticas.
“Es fundamental que el turismo evolucione hacia modelos más sostenibles que minimicen la generación de residuos y promuevan la economía circular”, apunta Ana Morales, experta en medio ambiente de la Universidad de Las Palmas. “El sur de Gran Canaria no puede permitirse el desgaste de sus recursos naturales, que son la base del éxito turístico”.
El Gobierno regional ha marcado como objetivo aumentar la tasa de reciclaje hasta el 50% en 2030 y reducir la generación total de residuos un 20%, metas que solo serán alcanzables con la colaboración activa de empresas, residentes y visitantes.