En una isla que acoge a gentes de todas las latitudes, la historia de Dominik Seeger es la de una vocación que echó raíces en el corazón de Gran Canaria. Como misionero y pastor, su vida y la de su familia están dedicadas a un propósito que él mismo ha definido con una claridad rotunda: “Como misionero y pastor, mi meta es guiar a la iglesia hacia la independencia”. Este objetivo no es solo una meta de gestión, sino el reflejo de un compromiso profundo y personal por ver a su congregación crecer en fe y autonomía.

La iglesia que pastorea en Maspalomas, la Iglesia Cristiana Evangélica del Sur, es un verdadero crisol de culturas, un faro de fe para una comunidad que habla muchos idiomas. Desde que fue fundada en 2010, se ha caracterizado por su espíritu multicultural y bilingüe, con servicios en alemán y español que permiten que canarios, españoles peninsulares, latinoamericanos, emigrantes y aquellos que pasan el invierno en la isla encuentren un hogar espiritual. En este entorno, Dominik Seeger, como sucesor del fundador, ha asumido la responsabilidad de consolidar una comunidad genuina y unida.

Su estrategia para alcanzar la independencia es tan metódica como su fe es apasionada. Más allá de la predicación, su trabajo se centra en construir estructuras eclesiales sostenibles, capacitar y empoderar a los líderes y al personal de la iglesia, y fomentar la participación activa de los miembros. Este modelo busca no solo fortalecer el espíritu de la congregación, sino también equiparla para que pueda sostenerse a sí misma.

Un compromiso que va más allá de los muros del templo, extendiéndose a las necesidades del entorno a través de proyectos sociales que demuestran que la fe se vive en el servicio a los demás. El llamado de Dominik es claro: convertir a las personas alejadas de Dios en discípulos devotos de Cristo, una misión que florece a través de la adoración vivida, una comunidad que acoge y un compromiso que transforma vidas.