Los turistas que llenan las dunas y complejos hoteleros de Maspalomas apenas han notado alteraciones, pese al inicio de la huelga del personal de asistencia en tierra de Ryanair en España, que amenaza con prolongarse hasta final de año.

El paro, convocado por los trabajadores de Azul Handling, comenzó el 15 de agosto y continuará todos los miércoles, viernes, sábados y domingos hasta el 31 de diciembre. La protesta afecta a la carga de equipaje, la limpieza de aeronaves y la atención a pasajeros en varios aeropuertos españoles, incluidos Gran Canaria, Tenerife Sur y Lanzarote.

Efecto limitado de la huelga sobre la conectividad y turismo. El Ministerio de Transportes mantiene niveles mínimos de servicio que aseguran entre el 76 % y 87 % de los vuelos entre Canarias y la Península durante agosto, aunque con reducción a 59 % en octubre. Esta medida paliativa ha protegido eficazmente el flujo turístico, evitando cancelaciones masivas y contrarrestando el riesgo operativo .

En Maspalomas, tanto hoteleros como turoperadores coinciden en que la demanda —especialmente de mercados clave como Alemania, Reino Unido y países nórdicos— se mantiene estable. "Nuestros clientes muestran más preocupación por conseguir tumbona en la piscina que por retrasos aéreos", comenta un gerente de Playa del Inglés.

Mientras España y el Reino Unido afrontan huelgas en aeropuertos que amenazan con tensar el cierre de temporada, Maspalomas exhibe una vez más sus fortalezas estructurales: clima estable, seguridad y capacidad de absorber choques externos sin perder atractivo.