La búsqueda de las fortalezas y los espacios sagrados de los antiguos canarios en Gran Canaria ha sido un enigma envuelto en transcripciones erróneas y fuentes históricas contradictorias. A pesar de que los cronistas antiguos y los historiadores modernos coinciden en la existencia de dos, y solo dos, santuarios principales, su ubicación exacta ha permanecido en debate. Mientras la tradición ha señalado a Tirma y Tirajana, la compleja geografía y las crónicas eurocentristas del siglo XV han oscurecido la verdad, dejando un vacío que la arqueología y la lingüística intentan llenar.
Históricamente, se ha asumido que los santuarios principales eran Tirma y Tirajana, una dualidad confirmada por fuentes independientes. Sin embargo, el texto de la Crónica de Palencia que nombra a Tirma y Tirajana, y el de otros historiadores posteriores como Abreu Galindo y Marín de Cubas que hablan de Tirma y Umiaga, complican el mapa sagrado. Además, el nombre de Amagro parece ser un error de transcripción o una interpolación, lo que elimina una tercera posibilidad.
Estos textos, escritos por conquistadores y religiosos con una visión fundamentalista, no solo mutilan la realidad de los antiguos canarios, sino que, a juicio de expertos, obvian aspectos cruciales como el derecho de asilo para personas y ganados en estos territorios sagrados. Más aún, la descripción que las crónicas hacen de la zona de Tirajana no se limita a su caldera, sino que abarca fundamentalmente el área de la costa y el macizo de Amurga, un territorio que, según la teoría de Ahmed Sabir, podría estar relacionado con el término Almogaren, un espacio vinculado con lo sagrado.
La confusión se extiende incluso a la cartografía. Un antiguo mapa de 1375 de Abraham Cresques muestra dos montañas al sur y suroeste de la isla que, según algunos investigadores, podrían ser los dos santuarios sagrados. Sin embargo, su ubicación no coincide con el Tirma que conocemos hoy. Esto lleva a una nueva hipótesis: que la auténtica Tirma de los canarios podría ser la Montaña de Tauro, un dato que podría cambiar la comprensión de su geografía sagrada.
Por otro lado, la investigación de los restos y la topografía local han llevado a proponer que la Montaña de Las Tabaibas, conocida por los pastores como "La Montaña", fue el verdadero santuario de Tirajana. Esta hipótesis, que deberá ser confirmada por la investigación arqueológica, se basa en la comparación de las descripciones históricas con las características físicas del lugar. El conocimiento que nos ha llegado de este pueblo, profundamente aculturizado tras la conquista, solo abarca un breve periodo de tiempo, lo que hace que cada nuevo hallazgo sea crucial para reconstruir la historia de un pueblo cuya voz, y cuya lengua, se perdió para siempre.
