Agua del sur de Gran Canaria para Las Palmas, esa fue la idea del que fuera presidente del Cabildo de Gran Canaria, Matías Vega. Y salió una majestuosa obra hidráulica de Gran Canaria, con capacidad para mover un caudal masivo, opera hoy a una fracción de su potencial, reflejando el cambio en las prioridades hídricas de la isla. En Las Palmas, cuando el agua les llegaba una vez al mes a las casas antes que abrieran desaladoras, el agua llegaba desde el esfuerzo del sur grancanario.
El canal del Trasvasur, una de las mayores intervenciones hidráulicas de Canarias, fue diseñado con una ambición colosal: ser capaz de transportar un caudal de hasta 140.000 metros cúbicos de agua. Una cifra que subraya la magnitud de una obra concebida para mover enormes volúmenes de líquido desde las presas del sur de Gran Canaria.
Sin embargo, a pesar de su impresionante capacidad, la realidad operativa del Trasvasur es muy distinta. En la actualidad, el canal mueve una cantidad de agua muy inferior, un reflejo del paso del tiempo y de la evolución de las estrategias de gestión del agua en la isla. La irrupción de las potabilizadoras y el cambio en las necesidades de consumo han hecho que la monumental infraestructura funcione hoy a una fracción de su potencial máximo, enfocada ahora en el suministro agrícola más que en el abastecimiento humano.
