Julio terminó con promesas, pero Maspalomas verá agosto pasar de largo. Gran Canaria recibió 295.518 pasajeros en julio, un 7,18% más que el año pasado. Parece alegría hasta que miras de dónde vienen según las cifras del Patronato de Turismo de Gran Canaria difundidas a finales de este mes de agosto de 2025.

Los mercados clásicos dan dolor de cabeza: Noruega baja 326 turistas (-2,14%), Irlanda se deja 584 (-5,65%) y Francia apenas sube 292 (+2,71%)… acumulando un desplome anual de -8,77% con solo 63.399 visitantes. Suecia hace un julio tímido (+13,44%), pero el total cae a 123.781 (-9,04%). Suiza pierde 239 turistas (-4,78%), Austria 188 (+6,53%) pero con acumulado negativo de -5,46%. Luxemburgo se despide: 1.464 en julio (-8,84%) y 12.301 acumulados (-11,57%). Finlandia ni se digna en julio y su acumulado cae -5,44%. Marruecos también cojea: -175 turistas (-2,55%).

Vamos, que los históricos de Maspalomas se hacen los remolones. Cada número rojo es un bar vacío, un taxi que se queda sin carrera y un camarero mirando al mar sin pedir nada.

Los que salvan un poquito el verano intentan compensar: Reino Unido mete 94.961 (+5,04%) y 598.517 acumulados (+1,87%), Alemania 53.262 (+6,53%) y 567.664 (+9,61%). Países Bajos sube 28.988 (+16,13%) y 170.116 acumulados (+7,97%). Italia se luce: 10.577 en julio (+24,11%) y 95.596 acumulados (+30,64%). Polonia y Portugal crecen con calma, y “otros países” suben 3.913 en julio (+54,45%) y 73.497 acumulados (+41,09%).

Pero ojo, que las alegrías no tapan los agujeros. Francia, Suecia, Irlanda, Suiza y Luxemburgo son auténticos agujeros negros para Maspalomas. Y no es cuento: son camas vacías, mesas libres, cócteles que se quedan en la barra… y dinero que se esfuma como brisa de verano.

El total anual es 2.371.117 (+4,77%). Suena bonito, pero depende de pocos países, y eso aquí es jugar con fuego. Maspalomas necesita diversificar, mover ficha y rápido. Porque si cae un mercado más, se va todo al suelo como castillo de arena.

La cruda realidad: julio sonríe en cifras globales, pero Maspalomas arruga el ceño. Turistas que no llegan, hoteles que suspiran y un verano que amenaza con acortarse antes de tiempo. Aquí, el verano no es eterno… y los números lo confirman.