El informe del BBVA confirma que Canarias se mantiene entre las regiones líderes en gasto con tarjeta pese al freno nacional. En Maspalomas, los hoteles y el comercio de ocio sostienen la actividad gracias al turismo internacional.
Maspalomas, epicentro del turismo en Gran Canaria, ha vuelto a demostrar su capacidad de resistencia incluso en un escenario de desaceleración del gasto turístico en España. Según el último informe del BBVA, entre mayo y agosto de 2025 el crecimiento del gasto con tarjeta en el conjunto del país se moderó hasta el 5,7% interanual. Sin embargo, Canarias, junto con Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana y Cantabria, fue de las pocas comunidades que siguió en positivo, y el sur grancanario es un claro ejemplo de esa dinámica.
En los bulevares comerciales de Playa del Inglés, en los complejos extrahoteleros de Campo Internacional y en la primera línea de Meloneras, el consumo de turistas extranjeros ha sido clave para amortiguar la caída del gasto nacional. Mientras los españoles redujeron su ritmo de gasto hasta un tímido 2,9%, los visitantes internacionales mantuvieron un crecimiento del 8,1%, con especial incidencia en destinos de sol y playa que alargan la temporada, como Maspalomas.
Los empresarios locales coinciden en que la fidelidad de los nórdicos, alemanes y británicos ha sido determinante en un verano marcado por la competencia de otros destinos mediterráneos y por el encarecimiento de los precios. “El cliente extranjero sigue considerando Maspalomas un refugio seguro, con servicios de calidad y un clima estable, lo que nos da ventaja frente a Baleares, que este año ha retrocedido”, señala un portavoz de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT).
El informe del BBVA también apunta a que los pagos no presenciales en agencias y alojamientos —indicador adelantado de reservas— mantienen un comportamiento positivo. En Maspalomas, los grandes touroperadores ya adelantan cifras sólidas para el otoño, con previsiones de ocupación cercanas al 80% en octubre y noviembre.
En un contexto de incertidumbre económica en Europa y de presión inflacionaria en los servicios turísticos, la estrategia del destino pasa por reforzar su imagen de enclave de invierno en el Atlántico. La combinación de sol garantizado, infraestructuras hoteleras de alto nivel y una creciente oferta cultural y deportiva convierten a Maspalomas en uno de los polos más sólidos del turismo canario.