El transporte interurbano en Gran Canaria entra en una fase de máxima competencia. Los trayectos hacia Maspalomas y Mogán, considerados el verdadero tesoro del mapa concesional por su alta rentabilidad ligada al turismo, son el objetivo de los nuevos rivales que amenazan el dominio histórico de Salcai (Global).
La francesa Keolis ya tiene director institucional en manos de un conocido hombre de negocios de París en España y que en su día estuvo en la órbita para optar al negocio de la empresa pública de transporte de Las Palmas en una joint venture con Satocan en la época de Jerónimo Saavedra como alcalde.
El interés de la firma francesa está en cerrar el círculo con el futuro tren de Gran Canaria. La necesidad de fondos europeos permite al capital francés músculo financiero y arrope de Bruselas dado que Canarias cuenta con el soporte de Francia por los dominios galos de Ultramar (RUP).
A la ofensiva de Alsa se suma la irrupción de Ontime, que tras la compra de Socibus se ha convertido en un jugador de referencia nacional y con ambiciones en Canarias.
El mercado también mira con atención a la portuguesa Barraqueiro, con 4.500 autobuses y 9.000 empleados, que ya compite en Galicia y proyecta expansión en Marruecos. Junto a ella, los grandes grupos franceses —Keolis (SNCF), RATP y Transdev— aparecen como firmes aspirantes a desembarcar en España y, por extensión, en las islas.
Entre los candidatos destacan asimismo grupos regionales españoles con aspiraciones nacionales e internacionales: la gallega Mombus, que prepara una gran base de operaciones con flota de hidrógeno y eléctricos; la valenciana Vectalia, con fuerte músculo inversor; y la catalana Moventia, que busca crecer fuera de Cataluña. A ellos se suma Globalvia, que tomó posiciones en el transporte neumático tras hacerse con el control conjunto de la británica Go-Ahead.
En este tablero, la batalla no será por todas las rutas: las verdaderamente estratégicas son las que conectan Las Palmas de Gran Canaria con el sur turístico, además de aeropuerto, donde la afluencia constante de viajeros garantiza ocupaciones elevadas y márgenes superiores. Quien controle Maspalomas y Mogán controlará el corazón económico del transporte interurbano canario.