La cuesta de septiembre no solo se mide en los colegios o en el precio de los carburantes. En el sur de Gran Canaria, donde el turismo marca el pulso económico de miles de familias, la capacidad de ahorro de los hogares ha vuelto a caer, situando a Canarias entre las regiones con menor colchón financiero del país. Según datos de la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), los vecinos del sur de la isla destinan hoy apenas un 11% de sus ingresos al ahorro, frente al 18% del año pasado. En términos prácticos, se traduce en 292 euros de media al mes, cincuenta menos que en 2024. Pero en el Archipiélago, y especialmente en zonas como Maspalomas, Mogán o Playa del Inglés, esa cifra apenas llega al 11% de la renta disponible, uno de los porcentajes más bajos del país.
La paradoja se repite: ocho de cada diez grancanarios del sur de la isla asegura que consigue guardar algo de dinero cada mes, pero la cuantía real es cada vez menor. Y en los núcleos turísticos del sur grancanario, donde buena parte de la población trabaja en empleos vinculados a la hostelería, con alta temporalidad y salarios ajustados, el margen de maniobra es todavía más estrecho.
Las familias del sur señalan los mismos factores que en el resto de España: la cesta de la compra y la factura de la luz son las principales preocupaciones, muy por encima de la hipoteca. A la presión del día a día se suma un verano histórico en costes: las vacaciones resultaron un 48% más caras que en 2024, y en muchos hogares la temporada alta turística se ha vivido como un arma de doble filo: más empleo, sí, pero también más gasto en alimentación y servicios básicos.
En Canarias, el 74% de los hogares asegura ahorrar algo cada mes, frente a comunidades como Extremadura (92%) o Navarra (86%). La brecha revela una realidad insular marcada por salarios más bajos, una cesta de la compra más cara y una dependencia de servicios externos que disparan los costes. "La educación financiera es clave para planificar mejor y ganar estabilidad a largo plazo", subraya Cátia Alves, directora de Sostenibilidad en UCI, quien recuerda que incluso con ingresos modestos, la planificación puede marcar la diferencia.
En un territorio tan dependiente del turismo como el sur de Gran Canaria, donde la economía familiar depende en gran parte de temporadas altas y bajas, el descenso del ahorro no solo refleja la presión del día a día, sino también la fragilidad de un modelo económico que deja a muchos hogares sin margen ante cualquier imprevisto.
 
  
































