Antes que nada hay que decir dos cosas: una, que comparar el coste de aparcar en el Aeropuerto de Gran Canaria (para financiar los vuelos deficitarios de Valladolid, por ejemplo) con Madrid o Barcelona es tendencioso porque Gran Canaria es una isla y sus usuarios no vienen de otros lugares de España en coche; por eso la comparación es con destinos de sol y playa insulares y no con Málaga o Niza. Dos, el suelo del Aeropuerto de Gran Canaria es propiedad del Cabildo de Gran Canaria ya que fue cedido al régimen franquista y no entregado gratis en su día al Ministerio del Aire, que se llamaba entonces. Otra cosa es que los grancanarios tengan líderes para reclamar la devolución, como ha pedido la visionaria Real Sociedad Económica de Amigos del País.
El Aeropuerto de Gran Canaria (LPA) se sitúa entre los aeropuertos insulares de la Unión Europea con tarifas más elevadas para el estacionamiento. En el Parking General P1, los precios alcanzan 13 euros por 24 horas durante los primeros cuatro días y 11 euros diarios a partir del quinto. La larga estancia P2 cuesta aproximadamente 54 euros por 7 días en reserva anticipada y hasta 85 euros por 7 días sin reserva. A diferencia de otros aeropuertos europeos, AENA no publica tarifas por hora o fracción en su web; los usuarios deben introducir fechas en el motor de reservas para conocer el importe exacto por minutos o tramos, lo que limita la transparencia.
En comparación, los aeropuertos griegos presentan tarifas mucho más competitivas. En Santorini y Mykonos, el aparcamiento público frente a la terminal es gratuito en estancias cortas, mientras que en Heraklion (Creta) existen zonas públicas amplias sin coste alguno. En Rhodes, los primeros 20 minutos son gratis, la primera hora cuesta 3 euros, 1–2 horas 4 euros, 2–3 horas 5 euros, 3–4 horas 6 euros, y el día completo 7 euros. Para estancias más largas, Rhodes establece tarifas de 8 euros por 24 horas hasta 7 días, con incrementos progresivos diarios para semanas completas.
En Malta International, las tarifas oficiales se distribuyen de manera escalonada: la primera hora cuesta 3,50 euros, la segunda hora 4,50 euros, de 3 a 5 horas 7 euros, de 5 a 12 horas 12 euros, y de 12 a 24 horas 18 euros. Los aeropuertos de Chipre (Larnaca y Paphos) aplican 0–20 minutos gratis, 21–60 minutos 2,50 euros, 1–2 horas 4 euros, 2–3 horas 5,50 euros, 3–4 horas 6,50 euros, 4–5 horas 7,50 euros, y el día completo 8–10 euros, según la zona de estacionamiento.
En Italia, los aeropuertos de Olbia Costa Smeralda (Cerdeña) y Cagliari Elmas presentan la primera hora desde 2 euros, la segunda hora 4 euros, la tercera 6 euros, y de la cuarta en adelante se cobra 0,50 euros adicionales por hora hasta un máximo diario de 15–18 euros, dependiendo del parking. Para estancias de varios días, Olbia cobra aproximadamente 45 euros por 3 días, mientras que Cagliari alcanza 50 euros por 3 días. Además, el factor insular amplifica el impacto económico: los residentes no pueden optar por aparcamientos alternativos fuera del aeropuerto ni desplazarse desde otras islas o ciudades cercanas, como ocurre en Valencia o Barcelona.
Gran Canaria ofrece tarifas oficiales de aparcamiento que son claramente más elevadas en estancias largas, con una falta de transparencia en los precios por hora, mientras que otros aeropuertos insulares de la UE combinan claridad y economía, favoreciendo tanto a turistas como a residentes. Esta situación coloca a LPA en un debate abierto sobre la competitividad y equidad de sus servicios frente a otros destinos europeos de sol y playa. Mientras las islas griegas lideran en accesibilidad y transparencia, y Malta o Chipre ofrecen precios moderados con reglas claras, Gran Canaria aparece en el grupo de aeropuertos más caros y opacos de Europa en materia de aparcamiento oficial. En un destino que vive del turismo, y donde la movilidad de los residentes depende en gran medida del vehículo privado, esta situación abre un debate urgente sobre la necesidad de mayor equidad, claridad y competitividad en un servicio tan básico como dejar el coche en el aeropuerto. La opacidad de Aena en Gran Canaria siempre le ha sido útil para que los isleños no reclamen el drenaje de fondos que sale de este recinto.