En el complejo mundo de las quiebras empresariales, lo habitual es que el dinero recaudado de la venta de activos no baste para cubrir las deudas. Pero en Las Palmas de Gran Canaria, el caso de Mar Abierto, S.L. se ha convertido en una excepción que ha dejado boquiabiertos a los expertos. La subasta de los bienes de esta empresa, gestionada desde el Juzgado de lo Mercantil número 1, no solo ha cubierto su deuda de 84,7 millones de euros, sino que ha generado un excedente de más de 14 millones, garantizando que todos los acreedores recibirán lo que se les debe.
El motor de este inusual éxito fue la feroz competencia entre los gigantes del sector por hacerse con los valiosos activos. La subasta, que se extendió durante dos meses, puso en juego cinco lotes clave, y los pujadores no escatimaron en sus ofertas. El principal protagonista fue Isla Marina, S.L., que apostó fuerte por el Lote 1, un paquete de tres hoteles, con una cifra asombrosa de 85.001.000 euros, más del doble del precio inicial. También se hizo con el Lote 2, un local comercial, en una puja muy ajustada contra Perfumería Europa. Por su parte, el grupo Lopesan Touristik, S.A.U. se adjudicó los Lotes 3 y 4 con ofertas millonarias, y Servatur, S.A. se llevó el Lote 5, una parcela, con una oferta que la elevó a 2.640.000 euros, un precio impensable al inicio del proceso.
A pesar de la contundente victoria de Isla Marina, S.L., la venta de los tres hoteles que forman el Lote 1 no será inmediata. El juez Alberto López Villarrubia ha paralizado su traspaso, obligando a separar esta operación del resto. La decisión se debe a dos grandes obstáculos legales que, aunque parecen técnicos, son cruciales para el proceso.
En primer lugar, dos de los hoteles están en medio de otra disputa legal con la empresa Proivesa, que impide su venta hasta que un tribunal resuelva el caso. Y en segundo lugar, al ser complejos hoteleros, la ley concursal los considera "unidades productivas", lo que exige un paso ineludible: los gestores de la quiebra deben dar audiencia a los representantes de los trabajadores por un plazo de quince días antes de que se pueda autorizar la venta definitiva.
La resolución judicial, firme y detallada, ha zanjado la confusión, separando las subastas de los primeros cinco lotes de las futuras ventas. El juez ha ordenado que la transferencia de los Lotes 2 al 5, valorados en más de 14 millones de euros, se realice de forma inmediata. Sin embargo, el futuro del lote de los hoteles más valioso queda en el aire, a la espera de que se resuelvan los litigios pendientes y se cumplan todos los requisitos legales. Es una historia de éxito y fortuna, pero que demuestra que, incluso con millones de por medio, el proceso mercantil no está exento de obstáculos.