A pesar de la exitosa recaudación de la subasta, la venta de los activos de Mar Abierto, S.L. no está exenta de complicaciones. El Juzgado de lo Mercantil No 1, bajo la firma del magistrado-juez Alberto López Villarrubia, ha dictado una resolución que autoriza la adjudicación provisional de los cinco lotes subastados, pero frena de manera categórica la transmisión de la propiedad sobre el Lote 1, el activo de mayor valor, adjudicado a Isla Marina, S.L.
La decisión judicial se basa en dos impedimentos insalvables que demuestran la complejidad del derecho concursal. En primer lugar, la venta de los hoteles Valle y Lago, que forman parte del Lote 1, está suspendida por una acción de separación interpuesta en un incidente concursal por la mercantil Proivesa. La prohibición de realizar cualquier acto de disposición sobre estas fincas registrales se mantendrá hasta que se dicte una sentencia en primera instancia, lo que paraliza temporalmente la operación.
En segundo lugar, el tribunal subraya la necesidad de cumplir con el artículo 220 del Texto Refundido de la Ley Concursal (TRLC), que exige la audiencia previa de los representantes de los trabajadores por un plazo de quince días antes de que se pueda autorizar la enajenación de unidades productivas. Esta medida, que afecta a los tres hoteles del Lote 1, es un paso legal obligatorio que el juez no puede obviar, añadiendo un factor de dilación al proceso.
La resolución también atiende a la petición de Isla Marina, S.L. de desvincular su oferta de las pujas por los nuevos Lotes 6 y 7, dejando claro que se trata de subastas separadas. El juez, con el objetivo de no generar más dilaciones, ha ordenado a la administración concursal que proceda con los trámites necesarios para el otorgamiento de las escrituras de venta de los Lotes 2 a 5, los cuales no presentan los mismos obstáculos legales, y que, con la adjudicación de los cinco lotes iniciales, los acreedores ya verían satisfechos sus créditos.
  















